México, 21 de abril 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Si bien la ignominiosa debacle económica de México es «fruto» de largos años de políticas neoliberales –por lo menos desde la época de Salinas en adelante–, lo cierto es que la bomba fétida le ha venido a estallar al actual usurpador priista Peña Nieto, pues su ilegitimidad y nula capacidad para capotear mínimamente las responsabilidades que se robó, han sido el detonante del súbito desplome que está sufriendo México en términos de economía, desarrollo social, seguridad pública, etc., si se compara con los demás países del continente.
El analista Carlos Fernández-Vega reveló hoy, en su columna «México SA» de La Jornada, que México figura en el lugar 25 de 26 países de América Latina en monto de pensiones a jubilados. Es decir, es el penúltimo lugar en el valor del pago de esta prestación elemental a sus ciudadanos en retiro. Apenas supera a la República Dominicana, pero países como Haití –la nación más pobre del mundo– o Surinam, pagan más a sus pensionados que el México «reformista».
De acuerdo con Fernández-Vega, la «modernización» permanente al sistema de pensiones ha entregado esos resultados criminales para los jubilados mexicanos. En la actualidad, sólo 4 de cada 10 mexicanos que están a punto de retirarse aspiran a recibir una pensión, mientras que las llamadas «administradoras de ahorro para el retiro» (afores) controladas por los bancos, han tenido una larga época de bonanza lucrando con los ahorros de los trabajadores que Salinas les entregó en 1992 con la creación del «Sistema de Ahorro para el Retiro» (SAR).
Cuatro sexenios consecutivos de «reformas» para incrementar los beneficios a los banqueros y aumentar el control que éstos tienen sobre los ahorros de la población, han traido como consecuencia que los pensionados obtengan cada vez menos, al tiempo que se reduce la posibilidad para quienes en un futuro lo serán. Mientras que en América Latina el promedio del porcentaje de sueldo que recibe como pensión mensual un trabajador retirado es del 55 por ciento, en México es inferior al 30 –22 por ciento para ser exactos– de acuerdo con las cifras más recientes de la Auditoría Superior de la Federación. De hecho, en Ecuador y Paraguay los jubilados reciben de pensión mensual casi el 100% del monto equivalente a su último salario.
Las «reformas» causantes de este saqueo a los trabajadores mexicanos son: creación del SAR en 1992, cortesía de Carlos Salinas de Gortari; reforma a la ley del Seguro Social (IMSS) de Zedillo, en 1995; segunda reforma a la ley del IMSS, cortesía Vicente Fox en 2000; y la reforma de Calderón a la ley del Issste en 2010. En todos los casos, se incrementaron las reglas, mecanismos y controles para forzar al trabajador a entregarle su dinero a los bancos, de modo que éstos administren «por ley» sus ahorros. Son millones y millones de pesos en ingresos que las afores han registrado desde entonces, mientras cada vez menos mexicanos tienen acceso a una pensión, y quienes logran retirarse con ese privilegio, apenas obtienen el 22% de su último salario.
La orgía reformista del actual usurpador Enrique Peña Nieto no incluyó –por el momento– al sistema nacional de pensiones. Una de sus burlas más insultantes fue adoptar la tan criticada (por los derechistas) «pensión para adultos mayores» que López Obrador implementó en el DF. Pero mientras en esa ciudad la prestación es de más de mil pesos para ancianos mayores de 65 años, Peña Nieto anunció con bombo y platillo que su programa entregaría 500 PESOTES a adultos de 65 años en adelante. Luego el programa se convirtió en «70 y más» y, por supuesto, fue diseñado para beneficiar descaradamente al PRI en épocas electorales.
Carlos Fernández-Vega vaticina una nueva acometida a la destrozada pensión de los jubilados mexicanos, «porque ya le dieron línea desde Washington los ‘tres organismos multilaterales (la OCDE, el BM y el BID)» para «abordar cuanto antes reformas en el manejo de las pensiones para evitar la pobreza en la tercera edad, en un continente en el que la población adulta es cada vez mayor». Por tanto, según el analista, vendrá una quinta «reforma» no sólo para armar el jugoso negocio privado con el ahorro de los trabajadores, sino para cumplir con las «amistosas» instrucciones de esos organismos internacionales.
Con información de La Jornada
Insisto. La población NO tiene memoria histórica. Y es fundamental el papel de los medios de comunicación referente a no «olvidar» los temas torales y insistir para que no se olviden. Ya que es a lo que le apuestan los politiquillos de 5a