México, 17 de agosto 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Decir que cualquier cosa está peor ahora que cómo estaba con el genocida alcohólico Felipe Calderón, parecería una exageración y algo imposible. Pero no. El asesino de Atenco Enrique Peña Nieto llegó para probar que es capaz de superar en magnitud todos los agravios y aberraciones de su antecesor. Esto lo sabíamos quienes luchamos por impedir la imposición del sujeto, pero como el pueblo no acompañó esa importante lucha –la única importante, de hecho– ahora todos estamos pagando las ignominiosas consecuencias.
De acuerdo con el portal Sinembargo, en 10 años de regímenes usurpadores consecutivos México ha triplicado la importación de gas natural de Estados Unidos, un absurdo considerando las grandes reservas de ese combustible que hay en nuestro propio territorio, que además no sólo implica enriquecimiento para las trasnacionales exportadoras, sino que pone en riesgo la soberanía, el medio ambiente y la balanza comercial de nuestro país.
Las «políticas» implementadas por Felipe Calderón han traido brutales consencuencias en todos los rubros anteriores. Sin embargo, con Peña Nieto la compra de gas natural al vecino país del norte ha repuntado y se perfila para superar a su antecesor.
Refiere Sinembargo, citando datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), que en 2010 el total de gas producido al día era de 7 millones 20 mil pies cúbicos (MMpdc), mientras que en este año se han registrado un volumen de 6 millones 628 mil, es decir, en cinco años la producción diaria se redujo en 392 mil pies cúbicos.
A su vez, las importaciones del combustible en 2006 fueron de 450 millones 900 pies cúbicos diarios, contrastando con el mismo dato del año pasado, cuando se registraron MIL 357 MILLONES 800 PIES CÚBICOS DIARIOS, lo que significa que en ese periodo la importación del energético se triplicó.
De hecho, Peña Nieto está disparando las cifras de importación de gas natural. En lo que va de 2015, el actual régimen usurpador está importando mil 233 millones 600 pies cúbicos por día, esto es dos veces lo importado en 2010 –que fue de 535 millones 800 pies cúbicos– y casi todo lo reportado en 2013, primer año completo del asesino de Atenco en Los Pinos, con una cifra de un mil 289 millones 700 pies cúbicos.
Especialistas citados por Sinembargo confirmaron que estos datos reflejan el absurdo de las «políticas» emprendidas en ese sentido, pues México dispone de reservas para dotar del energético a todo el país, pero se opera deliberadamente bajo una lógica de «escasez» para convertirnos en importador neto del energético. Hasta el momento se calcula que más del 35 por ciento del gas natural que se consume en México es importado.
Puede parecer ineptitud o estupidez, pero no es así. Dichas «políticas» en realidad están cumpliendo el objetivo por el que fueron implementadas: enriquecer a la oligarquía mundial del sector energético.
¿Cuál es el problema? Que nos han convertido en un país dependiente del gas natural que se produce en Estados Unidos. Y peor aún, con la contrarreforma energética peñista, se abrieron las puertas de par en par a las trasnacionales para saquear nuestros yacimientos usando técnicas ecocidas, a las que luego le compraremos caro el mismo energético que Pemex podría haber producido a bajo costo para satisfacer la demanda nacional del energético.
“El que nos hayamos vuelto dependientes del gas natural empezó desde la administración de Felipe Calderón. Ha sido una decisión de política pública particularmente ambos [usurpadores], Calderón y Peña Nieto”, dijo el investigador Francisco Cravioto a Sinembargo.
Cravioto también aclaró que la práctica del fracking –fractura hidráulica– en realidad es innecesaria para producir el gas natural, pues se puede recurrir a otras técnicas menos dañiñas para el medio ambiente. Sin embargo, la contrarreforma energética autorizó a las trasnacionales aplicar el fracking en nuestro país, técnica brutal que ha sido prohibida en otras naciones por envenenar los mantos freáticos e inutilizar las tierras.
“El argumento siempre ha sido inversión, pero hay alternativas; los campos donde se practica fracking se pueden usar técnicas centrífugas como las que utiliza Petrobras, pero el gobierno no utiliza ni una ni otra”, dijo Cravioto.
Por otra parte, los recientes proyectos privados de gasoductos emprendidos por el régimen usurpador, no sólo traen beneficios económicos millonarios a las compañías concesionarias. También forman parte de la estrategia de las trasnacionales energéticas para mover más combustible desde y hacia México, incrementando así sus ventas.
“La construcción de gasoductos lo que atrae capital extranjero, lo que expande el mercado para las compañías productoras de gas de los Estados Unidos y aborda una creciente demanda por parte de plantas de energía y compañías manufactureras mexicanas”, cnofirmó la agencia estadounidense Bloomberg, citada por Sinembargo.
Ahí está nuevamente el meollo de la contrarreforma energética: negocio redondo para las trasnacionales del sector, particularmente gringas, a costa de nuestros recursos naturales y la destrucción de nuestro medio ambiente.
Con información de Sinembargo