México, 3 de marzo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Representantes del desgobernador priista de Chihuahua, César Duarte Jáquez, insultaron y menospreciaron a gobernadores tradicionales de comunidades indígenas de la región, durante el encuentro que sostuvieron en el «senado» de la república con la Caravana por la Justicia en la Sierra Tarahumara.
De acuerdo con el diario La Jornada, la secretaria de Turismo estatal, Ivonne Barriga, se refirió a los representantes indígenas como «gobernadorcillos». Posteriormente, otro empleado de Duarte señaló que los gobernadores tradicionales «no eran nada» hasta antes de que el desgobierno al que sirve les «otorgara reconocimiento».
«Me he acercado a los gobernadorcillos para incorporarlos al plan de desarrollo integral de la región», espetó Barriga al presumir las supuestas acciones del desgobierno de Duarte en beneficio de la región Tarahumara. Tras ser llamada al orden, la mujer argumentó que el término «gobernadorcillo» no es despectivo.
Más adelante, Miguel Ángel González, coordinador estatal de la Tarahumara, intentó descalificar a un representante de los indígenas, tuteándolo y negándole reconocimiento como gobernador tradicional.
“Tú no eres gobernador tradicional, eres representante de una comunidad», le dijo groseramente, lo que motivó la reacción del perredista Alejandro Encinas, quien le exigió respeto para sus interlocutores. No obstante, el empleado de Duarte siguió a su compañera en la justificación burda de que «el término gobernadorcillo no es despectivo ni discriminatorio. Los gobernadores indígenas no eran nada, nosotros los reconocimos».
Durante el encuentro, los gobernadores tradicionales reprocharon a los regímenes estatal y federal por no apoyarlos con recursos para vivienda, escuelas y otras necesidades que azotan a la sierra tarahumara, pretextando que el Fideicomiso Barranca del Cobre «no tiene recursos».
En respuesta, los representantes del desgobierno estatal –de las secretarías de Economía y Turismo, así como del propio fideicomiso– confirmaron que dicho fideicomiso «no maneja dinero, por eso no se pueden construir obras en las comunidades».
Asimismo, los rarámuris apuntaron que otro grave problema «es el reconocimiento legal del territorio y la falta de consulta libre sobre los proyectos que el gobierno lleva a esa región mediante empresas trasnacionales, la carencia de programas sociales, pues no tenemos acceso a ellos; la falta de agua potable y de médicos, medicamentos y equipo hospitalario».
La falta de respeto a sus territorios, usos y costumbres, deriva en descomposición social por el incremento en la violencia y los homicidios, la proliferación de la miseria y la invasión del crimen organizado que obliga a los habitantes a trabajar como esclavos en la producción de enervantes.
Con información de La Jornada
