México, 10 de mayo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Desde la imposición en la presidencia del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, el saqueo de nuestro petróleo ha sido mayúsculo por los dos frentes de siempre: la vía disfrazada de «legal» (trasnacionales) y la vía abiertamente ilegal, igual que la otra pero sin simulaciones: el narco.
De acuerdo con el diario La Jornada, Petróleos Mexicanos (Pemex) detectó un incremento de 12.3 por ciento en tomas clandestinas a sus ductos, durante el primer trimestre de 2016 y en comparación con el mismo periodo del año pasado.
Según cifras de la otrora empresa paraestatal, el número de tomas ilícitas para el robo de hidrocarburos pasó de mil 211 en el primer trimestre de 2015 a mil 360 al primer trimestre de 2016. Como siempre, la zona «Zeta» encabezada por Tamaulipas y Veracruz registró el mayor número de tomas clandestinas, aunque también destacaron Guanajuato y Puebla en esta ocasión.
La Jornada detalló que en enero de este año se localizaron 367 tomas clandestinas; en febrero 446, y en marzo 547, para un total de mil 360. Es decir, poco más de 15 tomas clandestinas por día. Puebla acumuló la mayor cantidad de tomas halladas, 304, seguido de Guanajuato con 290. Pero incluso en la Ciudad de México se reportó el hallazgo de al menos dos tuberías clandestinas para ordeña.
El robo de hidrocarburos constituye otro frente en la quiebra y desmantelamiento de Pemex. Al año, el saqueo de estos recursos asciende a más de 7 millones 500 mil barriles. Asimismo, esta actividad fomenta la violencia, favorece accidentes, explosiones y daños al medio ambiente.
Desde que el asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, usurpó la presidencia, México ha experimentado un aumento en las actividades delictivas, principalmente de diversos grupos del narco. Cabe mencionar que el tráfico de enervantes es sólo uno de los muchos negocios millonarios del narco. Entre sus otras actividades destaca el robo y exportación ilegal de hidrocarburos.
De hecho, según investigaciones del propio régimen, grupos de la delincuencia organizada como «Los Zetas» y los «Caballeros Templarios», crean empresas legales y fantasma para vender diesel y gasolina a empresarios de Estados Unidos, de Centroamérica y de Sudamérica, con ingresos que llegan a superar los 500 MILLONES DE PESOS MENSUALES.
Además de financiar sus operaciones, los grupos del narco también utilizan el combustible robado para surtir sus propios vehículos.
En las indagatorias de la Procuraduría General de la República (PGR), se reveló que el trasiego de diesel y gasolina se hace vía marítima o terrestre con destino a Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Costa Rica y hasta Colombia.
¿Cómo pueden estos grupos salirse con la suya? Sólo con la complicidad de las «autoridades» federales, léase altos directivos de Pemex que retiran deliberadamente al personal de seguridad, así como el Ejército y La Marina que facilitan el transporte de los insumos robados.
Con información de La Jornada