México, 30 de septiembre 2016 (NOTIGODÍNEZ).- La ingobernabilidad y barbarie en que este régimen usurpador y sus esbirros «gobernadores» han sumido al país, ha roto casi por completo el tejido social en varias regiones, sobre todo las más apartadas y marginadas.
De acuerdo con la agencia Proceso, pobladores de Santiago Matatlán, Oaxaca, lincharon brutalmente a un sujeto que presuntamente fue sorprendido robando una casa.
Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 4 de la mañana de hoy, cuando unos 500 pobladores golpearon y prendieron fuego al hombre, aún con vida, muy cerca del palacio municipal.
Según el medio aquí citado, el sujeto linchado tenía 40 años y hasta el momento no ha sido identificado. Fue acusado de robo a casa-habitación.
Proceso detalló que Santiago Matatlán se localiza en la Región de los Valles Centrales, a 56 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, y pertenece al Distrito de Tlacolula. En 2010, la «Secretaría de Desarollo Social» (Sedesol) clasificó a ese municipio con muy alto grado de marginación. Al menos un 36.84 por ciento de su población se encontraba en pobreza extrema según los conteos de aquel año.
Con éste suman ya cinco linchamientos en Oaxaca en menos de una semana, a poco tiempo de que el brutal desgobernador pan(rd)ista Gabino Cué deje la administración a otro mucho peor: el priista Alejandro Murat.
Los linchamientos se han convertido prácticamente en una «epidemia» social en México, a falta de autoridades, gobierno, impartición y procuración de justicia.
Un estudio realizado por la Universidad de las Américas y difundido el año pasado, ubicó a México en el segundo lugar entre 59 países con los mayores niveles de impunidad, sólo superado por Filipinas y por arriba de Turquía, Colombia y Rusia.
Por tal motivo, los linchamientos han alcanzado niveles históricos y se están convirtiendo en cosa de todos los días, particularmente en la zona centro del país
Estas acciones violentas de la población harta de la impunidad, constituyen un rompimiento del pacto social que dispone lineamientos para juzgar, procesar y sancionar a delincuentes de forma civilizada. En México no existe la pena de muerte.
Mientras la sociedad se devora a sí misma, peores delincuentes saquean, desmantelan y entregan al país a intereses extranjeros, impunes y mantenidos por el propio pueblo harto de los abusos, pero incapaz de identificar a los verdaderos criminales y, sobre todo, de reaccionar contra ellos.
Con información de Proceso