México, 11 de mayo 2018 (NOTIGODÍNEZ).- Este día se cumplen seis años del surgimiento del movimiento estudiantil #YoSoy132, un fenómeno de rebelión de conciencia que conjuntó a diversos sectores de la sociedad en torno a la lucha contra la imposición de Enrique Peña Nieto, entonces candidato priista a la Presidencia y, a la postre, usurpador de la misma.
El 11 de mayo de 2012, Peña visitó la Universidad Iberoamericana para presentar sus propuestas ante la comunidad de esa casa de estudios. Pese a que al menos la mitad del auditorio fue ocupado por sus acarreados, decenas de estudiantes lo increparon por diversas irregularidades en su campaña, sobre todo el maridaje que sostenía con las televisoras.
Cuando el sujeto ya se retiraba, los alumnos reclamaron enérgicamente su silencio frente al tema de la represión en San Salvador Atenco, ordenada por el priista en mayo de 2006 cuando era «gobernador» del Estado de México, en complicidad con el entonces Presidente de la República, Vicente Fox, y que resultó en la muerte de 2 jóvenes, cientos de heridos y decenas de mujeres violadas, incluyendo periodistas que cubrían los hechos.
En respuesta, Peña tomó el micrófono con actitud prepotente y se vanaglorió de su responsabilidad en aquella represión policiaca -por ello en este sitio lo nombramos como el ASESINO DE ATENCO-, llamando «hechos que lamentar» a la barbarie y asegurando falsamente que la Suprema Corte (SCJN) había validado el operativo. Mintió. La SCJN concluyó que la actuación de los grupos policiacos involucrados fue violatoria de los derechos humanos, sin embargo determinó dejar impune a Peña pese a que, como él mismo lo ratificó cínicamente, fue quien ordenó el operativo.
La respuesta desafiante de Peña desató la ira de los presentes, quienes lo repudiaron a voz en cuello. Fuera del recinto, para sopresa de propios y extraños, cientos de estudiantes iracundos lo persiguieron para decirle su precio. El individuo y su comitiva debieron refugiarse momentáneamente en un baño para evitar la furia universitaria, en tanto su equipo de seguridad improvisaba rápidamente la estrategia de fuga.
Cuando Peña abandonaba con premura de la universidad, entre gritos de «FUERA» y «ASESINO», los estudiantes siguieron repudiándolo sin cesar e incluso volaron objetos sobre la cabeza del cobarde sujeto.
Posterior a lo sucedido, el entonces líder nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, acusó a los jóvenes que increparon a Peña de ser «un puñado de intolerantes» manipulados por Andrés Manuel López Obrador. En respuesta, 131 universitarios difundieron un video en el que desmintieron al dirigente priista, exhibiendo sus credenciales de estudiante y ratificando que habían protestado espontáneamente durante la visita del hoy usurpador. Fue ahí cuando miles de personas, inspiradas en la valentía y dignidad de los estudiantes, expresaron su solidaridad y apoyo en las redes sociales con la etiqueta #YoSoy132.
Bajo esa bandera, estudiantes de diversas universidades en todo el país se organizaron en comités como nunca se había visto, realizando movilizaciones multitudinarias bajo consignas muy puntuales: el rechazo a la intromisión fraudulenta de la televisión -concretamente el dupolio Televisa y TV Azteca- para imponer al candidato priista; la inacción de las falsas «autoridades», la represión creciente del régimen y el fraude electoral que ya se anticipaba.
Aunque el movimiento insipiró a millones de mexicanos a despertar su conciencia y levantar la voz, fue insuficiente para evitar la imposición del asesino de Atenco en la Presidencia. Tras el fraude y posterior usurpación, el movimiento perdió fuerza y finalmente se extinguió.
De acuerdo con Proceso, el rector de la Universidad Iberoamericana, David Fernández Dávalos, rechazó que el movimiento #YoSoy132 haya quedado en el pasado, y al contrario, dijo que sigue presente y actuando “en las dos partes de la confrontación social”.
Comentario editorial NOTIGODÍNEZ:
Si bien es cierto que #YoSoy132 fue un parteaguas en la historia de la lucha por el despertar de conciencia, lamentablemente se extinguió sin haber logrado el objetivo. Hay una teoría muy posible que explica la desaparición de este movimiento: fue ideado, organizado y manipulado por Epigmenio Ibarra y otros operadores de López Obrador. El movimiento universitario que surgió espontáneamente en la Ibero todavía existe y se hace llamar Más de 131. Luego del fraude electoral, los líderes de #YoSo132, tras bambalinas, fraguaron la desarticulación del movimiento al permitir su infiltración, desorganización y desunión después de la represión del 1 de diciembre de 2012. ¿Por qué? Era necesario desaparecerlo para que AMLO pudiera seguir adelante en su plan de convertir a Morena en partido y seguir beneficiándose del actual sistema político, en lugar de convocar a su ruptura aprovechando las bases ya creadas y organizadas en #YoSoy132.
Con información de Proceso
