México, 17 de mayo 2018 (NOTIGODÍNEZ).- Casi 40 por ciento de los mexicanos no puede adquirir lo más elemental para vivir dignamente, según los parámetros del propio «sistema», resultado bárbaro de 30 años de «políticas neoliberales» que han envilecido y despojado a nuestra nación de su riqueza y soberanía. ¿Qué diablos sigue esperando el pueblo para reaccionar?
De acuerdo con Proceso, el brutal incremento a las gasolinas aplicado por el régimen usurpador de Enrique Peña Nieto a principios de 2017, provocó un incremento en la inflación que a la fecha sigue teniendo un impacto feroz en el bolsillo de todos los mexicanos, cuyo poder adquisitivo se ha visto mermado como nunca.
Refiere el citado medio que, durante el primer trimestre de este año, el 39.1 por ciento de los hogares obtuvo un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria, contra 38.9% en el mismo periodo de 2017.
Ello significa, detalla Proceso, que en 4 de cada 10 hogares de todo el país se obtienen ingresos por debajo de los 35 pesos en el campo y 49 en la ciudad, cantidades que cada integrante de la familia necesita para sobrevivir.
Lo anterior se debe a que el gasolinazo impuesto por el régimen peñista a principios del año pasado, disparó la inflación afectando, como siempre, a los productos de la canasta básica que registraron incrementos de hasta 12 por ciento. Aunque actualmente la inflación se ha estabilizado en forma moderada, los salarios siguen siendo insuficientes para costear gran cantidad de productos básicos.
Datos del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indican que a principios de año, el ingreso laboral real alcanzó mil 727 pesos –11 pesos más que a principios de 2017-, con lo que regresó a sus niveles de 2016, pero todavía se encuentra muy lejos de su valor de 2008, cuando rebasó los mil 900 pesos.
En tal sentido, el número de personas cuyo ingreso no alcanzó para comprar la canasta alimentaria creció en los estados más pobres del país: Chiapas, Oaxaca y Guerrero, donde más de 6 de cada 10 habitantes tuvieron ingresos menores que el precio de la canasta alimentaria.
A principios de 2017, el régimen peñista aplicó un agudo incremento de 20 por ciento al precio de los combustibles, desatando protestas multitudinarias en todo el país. Tras aquel gasolinazo, los mexicanos comenzaron a pagar en promedio 16 pesos por litro de gasolina Magna. El resto del año, los precios fluctuaron dentro de una «banda de flotación» como antesala a la liberalización de los precios al mercado, aplicada este año. El resultado ha sido un incremento de casi 4 pesos por litro de gasolina.
La fracción del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados, cómplices de Peña en la imposición de la contrarreforma energética, advirtió la semana pasada que se avecina otro mega-incremento a las gasolinas debido a la llegada del verano, temporada en la que normalmente suben los precios en Estados Unidos.
Con información de Proceso