Anaiz Zamora Márquez
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro-cimac).- La relatora especial sobre la Violencia contra la Mujer de Naciones Unidas, Rashida Manjoo, lamentó que algunos gobiernos del mundo siguen sin comprender cómo prevenir, investigar, sancionar y erradicar la violencia de género y que como resultado de ello no han actuado con la debida diligencia.
En su visita a México, la relatora enfatizó que pese a las recomendaciones y los llamados de la comunidad internacional a México y al resto del mundo, la violencia de género es “la violación a los derechos humanos más generalizada que enfrentamos hoy en día”.
Acompañada por la doctora Alda Facio, experta del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre la Discriminación contra la Mujer en la Legislación y en la Práctica, Manjoo recordó que ante los delitos y agresiones que se cometan en contra de la población femenina, los gobiernos –incluido México– tienen “una responsabilidad doble”.
Explicó que la primera responsabilidad es sancionar de manera individual los delitos, y la segunda asegurar que las y los funcionarios actúen con la debida diligencia.
No obstante, consideró que a muchos años de distancia de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) “hay muchas debilidades en la exigencia de responsabilidad a las y los funcionarios del Estado”.
Otro desafío importante –a decir de la experta– es la falta de pericia de las naciones para abordar y entender la violencia contra las mujeres, desde sus causas hasta sus consecuencias.
“La falta de comprensión de la violencia de género es una barrera para el ejercicio (por parte de las mujeres) de todos los otros derechos humanos”, explicó.
Durante su primera conferencia en esta capital, la relatora reconoció que desde 2006, cuando visitó México para conocer el clima de violencia en el que viven las mexicanas, se han dado avances sustanciales en la prevención de la violencia contra las mujeres, por ejemplo, la creación de leyes al respecto.
En esa ocasión, al concluir su visita solicitó al Estado mexicano adoptar medidas para revertir la violencia que consideró como grave en el país, especialmente para las migrantes, indígenas y pobres, y una consecuencia y síntoma de la generalización de la discriminación y desigualdad por motivos de género.
Entre las medidas que la relatora recomendó hace ocho años destacan poner fin a la impunidad de los actos de violencia, y crear una base de datos y conocimientos que tengan en cuenta las cuestiones de género.
Alda Facio recordó que México ratificó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Belém do Pará), que es jurídicamente vinculante, por lo que el Estado sí es responsable por actos de violencia, omisiones y no prevenir la violencia de género.
Facio añadió que una de las causas de la violencia y el incumplimiento de los acuerdos internacionales en la materia es “la falta de un compromiso real de los Estados por lograr la igualdad entre mujeres y hombres”.
Ya que –precisó– al no existir un compromiso con la igualdad, en el imaginario colectivo persiste la idea de que “las mujeres somos inferiores, y si no logramos cambiar eso no eliminaremos la violencia”.
Explicó que la política pública para erradicar la violencia de género se enfoca sólo en ello sin incluir el objetivo de eliminar la discriminación y la desigualdad de género.
Por esa razón, llamó a generar nuevas estrategias que logren un cambio de mentalidad y se transite a una sociedad que entienda y apropie éstos y otros conceptos, pero aclaró que “las mentalidades no se cambian con conferencias y cursos de tres días”.
Ambas expertas también se reunirán en estos dos días de visita con representantes de grupos civiles que expondrán los rezagos en materia de violencia contra las mujeres que prevalecen en México, y el trabajo que activistas han llevado a cabo luego de la última visita de la relatora y la posterior publicación de su informe “Integración de los Derechos Humanos de la Mujer y la Perspectiva de Género: la violencia contra la mujer. Misión a México”.
En ese reporte se señala que “la violencia contra la mujer en México puede describirse como la punta de un iceberg que oculta bajo la superficie problemas sistémicos más complejos que sólo pueden entenderse en el contexto de, por un lado, una desigualdad de género arraigada en la sociedad y, por el otro, un sistema jurídico y de gobierno dividido en varios niveles que no responde con eficacia a los delitos de violencia, incluida la violencia de género”.