Gerardo Fernández Noroña
El día de hoy, el PRI cumple 86 años. Surgió de un crimen y lo consumen los crímenes de estado y los crímenes a secas. El PRI surgió a raíz del asesinato del presidente electo Álvaro Obregón, frente a la terrible crisis que generó el magnicidio, el entonces presidente en funciones Plutarco Elías Calles convocó a la formación de un partido de revolucionarios, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecedente del actual Revolucionario Institucional.
A pesar del ridículo y contradictorio nombre que le impuso Miguel Alemán en los años 40’s, el PRI se mantuvo en el poder durante décadas. Su giro a las políticas neoliberales durante los años ochentas lo desgastó a tal grado que en el año 2000 fue expulsado de la presidencia de la República.
Después de 12 años de «gobiernos» panistas, el PRI regresó a la presidencia con Enrique Peña Nieto. El PRI ayudó en 2006 -sin rubor alguno- a que le fuera robada la presidencia a la izquierda encabezada por López Obrador. Ello le valió para que quien usurpó la presidencia durante seis años, se las regresara a los priístas en el 2012.
Hoy el PRI, con sus 86 años, vive una crisis de evidente decrepitud política. Los escándalos de corrupción, la impunidad, la inexistencia de un Estado de derecho, los crímenes de Estado, los asesinatos, las desapariciones forzadas, los presos políticos, los crímenes vulgares, la debacle económica son sólo algunos de los muchos indicadores del desastre absoluto en que se debate la Nación. Y estos problemas si bien no son nuevos, se han exacerbado de manera bárbara con el «gobierno» del supuesto nuevo PRI.
Por si esto no fuera suficiente, a sus 86 años el PRI ha liquidado en sus filas al nacionalismo revolucionario. Lo que fue la posición política, ideológica y programática que era el eje articulador de ese partido está absolutamente erradicada de ese partido.
Volviendo a la crisis política nacional en general y del PRI en particular, son tan severas, que desde la cúpula del poder se opera la construcción de un nuevo proyecto político: El Verde.
Desde el desgobierno Peña se han desviado miles de millones de pesos de recursos públicos para financiar una ilegal, fascista y falsa campaña electoral en favor del Verde.
El Partido Verde se ha convertido en el PRI vergonzante. De ser la puerta trasera del PRI el Verde se va convirtiendo en la mayor opción política de quienes hoy detentan el gobierno de la Nación. Buscan que la debacle generada por el desprestigio de Peña que arrastra al propio PRI sea atenuada con la captación de votos mediante el Verde.
Es increíble, pero con una caricatura del propio Peña-Manuel Velasco-se reproduce la misma farsa que abrió el camino a éste a la presidencia la República. Casado con una seudo actriz, el seudo político Velasco, construye su camino a la máxima responsabilidad pública del país imitando el camino usado previamente por Peña y por el PRI.
Son dos campañas en una: el derroche de recursos públicos promoviendo la figura del golpeador de ayudantes Manuel Velasco y, el derroche de recursos públicos en favor del Partido Verde en tránsito a ser el PRIERDE.
Es una operación canalla, ilegal y francamente mafiosa. Es una operación siniestra a los ojos de todo mundo sin que se repare en la gravedad de los hechos, en el saqueo a la nación y en la nueva traición al pueblo de México que con ello se prepara.
Así que el PRI cumple 86 años buscando cambiar de careta, para seguir ejerciendo el poder público en México. No podrá. Subestiman una vez más al pueblo y creen que con esa parodia de Peña que es Manuel Velasco y con esa parodia de partido que es el Verde podrán engañar al pueblo, se equivocan de manera absoluta.
Como lo he sostenido, vivimos tiempos canallas. A pesar de ellos no debe nadie confundirse en el daño que la derecha le hace al país y la derecha la conforma: el PRI, el PAN, el Verde y el PANAL.
Cierto que hay sectores que se dicen de izquierda y no lo son. Cierto que el terreno electoral está ahogado por el pragmatismo. Cierto es también que se debe conformar una fuerza política en rebelión no violenta donde hombres y mujeres comprometidos con la transformación del país podemos coincidir en nuestros esfuerzos por poner de pie a una nación que está de cabeza.
No escatimemos esfuerzos en superar sectarismos y construir esa fuerza liberadora de nuestra Patria.
«El pueblo tiene derecho a vivir y a ser feliz».
Gerardo Fernández Noroña.
México D.F. a 4 de marzo de 2015
