México, 10 de mayo 2018 (NOTIGODÍNEZ).- En un derroche de cinismo puro, el priista Enrique Peña Nieto, actual usurpador de la Presidencia de la República, declaró sin pudor alguno que «aspirar a la autosuficiencia alimentaria es un mito que hay que romper, porque es una política vieja y equivocada».
El hecho de que un país sea capaz de producir sus propios alimentos -lo básico por lo menos- sin depender del exterior, lo que en sí mismo es parte fundamental y hasta obligatoria de su soberanía… ¿es un «mito», una «política vieja»… UN «ERROR»? Sí, para el usurpador Peña Nieto así es.
De acuerdo con El Economista, Peña lanzó sus cínicas declaraciones durante la clausura de la XXXIV Asamblea General Ordinaria del Consejo Nacional Agropecuario, en la que se presentó la Estrategia de Atención Integral para Jornaleros Agrícolas Migrantes [PURA SIMULACIÓN BARATA].
“La realidad es que hoy ningún país en el mundo produce todo lo que consume y este es un mito que hay que romper… En un mundo globalizado francamente no hace sentido ni razón aspirar a la autosuficiencia. Auténticamente ha sido una política del pasado equivocada”, descaró sin ambages.
Las declaraciones del usurpador, según recordó el medio aquí citado, contrastan con las promesas de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), quien hace unos días aseguró que, de llegar a la Presidencia, subsidiará a los productores del campo para que México produzca todos los alimentos que consume.
“Ya no vamos a comprar en el extranjero lo que consumimos; vamos a producir en México todo”, prometió el tabasqueño que lidera en las encuestas rumbo a la elección de julio próximo.
Comentario editorial NOTIGODÍNEZ:
El desmantelamiento del campo para entregar las tierras a trasnacionales -mineras, petroleras, gaseras, eólicas, automotrices, refresqueras, inmobiliarias, etc.- en detrimento a la producción nacional de alimentos y, desde luego, a la soberanía, es, en efecto, una «política» relativamente moderna, emprendida desde el salinato a la fecha. De hecho, fue durante el régimen usurpador de Carlos Salinas de Gortari cuando comenzaron las «reformas» agrarias que abrieron la puerta, por ejemplo, a la privatización de los ejidos, otrora protegidos en la Constitución debido a su importancia como fuente de gran variedad de productos. Como resultado de esas «políticas modernas», México importa más de la mitad de los alimentos que consume, empezando por el maíz -del cual la mayor parte es transgénico-, grano que nuestro país dio a conocer al mundo tras la conquista española.
Por ello, de ningún modo sorprenden las cínicas declaraciones del hoy usurpador Peña Nieto, aunque su cinismo no deja de ser indignante. El actual espuriato ha sido muy descarado en su consigna de entregarlo todo. La meta consiste en desmantelar por completo la planta productiva nacional, justificar su privatización y depender de lo que los nuevos dueños -corporaciones trasnacionales- vendan a los mexicanos dentro y fuera de nuestro territorio.
¿Quiénes ganan, por cierto, con la aniquilación de nuestra soberanía alimentaria? Monsanto (Bayer), Syngenta, DuPont y otros grandes productores de engendros transgénicos, entre ellos uno de reciente adhesión, Carlos Slim. También se llevarán una buena tajada sus socios distribuidores, léase Walmart y el próspero grupo priista de Tiendas Soriana, enriquecido como nunca en el actual espuriato.
Con información de El Economista