- Equipo de la UNAM, encabezado por Adrián Ortega y Gerardo Carrasco, realiza estudio
- El mineral está asociado al mesotelioma, que ataca la membrana que reviste a los pulmones, explican los expertos del Centro de Geociencias
- En 2012 murieron 22 personas, de las cuales 18 tenían ese tipo de tumor
- Las autoridades sanitarias del estado no han tomado medidas al respecto
Angélica Enciso L.
La Jornada
Un incremento de casos de cáncer se ha registrado en los años pasados en la población Tierra Blanca de Abajo, San Miguel de Allende, Guanajuato, a causa de exposición al mineral erionita, que incluso está impregnado en las viviendas de adobe. A pesar de que esto lo confirmaron investigadores del Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2012, las autoridades sanitarias no han tomado medidas y la situación se agrava con el proyecto de construir una autopista que detonaría aún más la contaminación.
La erionita se halla en rocas volcánicas; es similar al asbesto, pero 400 veces más peligroso para la salud. Se trata de una fibra microscópica que se utiliza en la actividad agropecuaria para restaurar suelos y en alimentos para animales. En la zona se encuentra en forma natural, pero la deforestación ha expuesto más el suelo, donde está el mineral, que combinado con el agua es arrastrado por el drenaje superficial y llega a la comunidad, explica Adrián Ortega Guerrero, investigador del Centro de Geociencias de la UNAM.
En polvo, permanece en la atmósfera
Después, ya en polvo permanece en la atmósfera, por lo que al ser respirado afecta los pulmones y está asociado con el mesotelioma, un tipo de cáncer poco común que ataca el tejido que reviste los pulmones, la cavidad torácica, el abdomen y el saco que contiene el corazón. Tan sólo en 2012 murieron 22 personas de cáncer de pulmón, de las cuales 18 eran específicamente pacientes de mesotelioma, de una población de 450 personas, agrega.
“El registro de las causas de muerte en la población comenzó en 2000. Se había detectado la incidencia de casos de cáncer de pulmón, pero no lo que lo provoca. Incluso en los registros que se presentan de los pobladores, el sistema epidemiológico consignó que 40 por ciento de los habitantes, entre 2000 y 2012, había fallecido por diferentes tipos de cáncer, principalmente de pulmón”, explica Ortega Guerrero.
Las autoridades tienen esta información desde 2012, “la gente de la comunidad dirá que no ha habido acciones de ninguno de los niveles de gobierno, a pesar de que ya tiene conocimiento de esto. La comunidad está abandonada”.
La investigación de un equipo de expertos del Centro de Geociencias, encabezada por Ortega Guerrero y Gerardo Carrasco, se comenzó a hacer en 2010 a solicitud de las autoridades municipales y el estudio se publicó en la revista científica Environmental Geoquimical and Health en mayo de 2013.
“La erionita se encuentra al norte de la comunidad, a unos 2 kilómetros de distancia, pero está conectada a la zona con el sistema de drenaje superficial, que son los arroyos. Sospechamos que este mineral se puede encontrar en aguas del río San Damián, en convergencia con el río la Laja” en al menos 13 comunidades, detalla el investigador.
Se encontró en sedimentos de hace miles de años, muy antiguos, y también en recientes. Se halla en casas construidas con adobe, material que se extrajo del río. Todas las comunidades que tienen contacto con actividades ribereñas pueden estarla respirando, advierte.
Además, hay casos reportados en otros estados, ya que gente de Tierra Blanca de Abajo ha salido de la localidad. En San Luis Potosí, dos pacientes a los que se les diagnosticó mesioteloma, ya murieron. Una de las personas sobreviventes hasta 2012, confirmó que tenía esa enfermedad, y vivió únicamente 15 años en la comunidad, volvía al poblado en periodos vacacionales. “En el proceso de las investigaciones encontramos que hay familias que están más impactadas por este tipo de cáncer que otras”, apuntó en entrevista telefónica.
De acuerdo con Ortega Guerrero, de las experiencias internacionales está el caso de Capadocia en Turquía, donde hay rocas volcánicas suaves, como las que Tierra Blanca. En esa región, en las décadas de los años 70 y 80 se encontró alta incidencia de mesioteloma asociada a este mineral, y “se comprobó su efecto cancerígeno”.
Considera que en Tierra Blanca se debe atender el aspecto ambiental, “hay que eliminar todas estas fuentes de emisión de partículas microscópicas hacia la población. Es importante eliminar la erionita de donde están las rocas volcánicas alteradas y los diversos sedimentos que la contienen y se encuentran en la comunidad”.
Para continuar con los estudios, precisó, se instalaron tres estaciones de vigilancia del aire, y se han encontrado concentraciones, “lo preocupante es que se ha localizado en áreas que son parte del camino que siguen los niños en la escuela”.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) tiene el proyecto de construir la autopista Guanajuato-San Miguel de Allende, que atravesaría los municipios Silao, Guanajuato, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, lo cual ha despertado rechazo de la población. Grupos otomíes han presentado amparos por el riesgo de fragmentación que corren zonas culturales milenarias.
“Evaluación objetiva”, piden
El 23 de enero la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales resolvió que la Manifestación de Impacto Ambiental presentada carecía de información para “realizar una evaluación objetiva del estudio” y pidió más datos al promovente.
En el resolutivo de la dependencia, específicamente sobre la erionita indica que hay estudios que refieren que en la región de los ríos San Damián y Laja hay este material, y ya que el proyecto contempla la construcción de obras hidráulicas en afluentes de esos cuerpos de agua, así como la utilización de bancos de materiales “existe el riesgo de que los materiales queden expuestos en las laderas de los cauces”. Ante ello pidió que el promovente “manifieste lo que a su derecho corresponda”.
Al respecto, el Centro de Geociencias envió una carta a la SCT en mayo pasado, en la que le propone modificar el trazo, por los riesgos a la salud con la exposición que se haría de la erionita, ya que podría causar contaminación del aire a largo plazo.
En ese documento se indica que el trazo tiene afectaciones sociales, culturales y ambientales. Hay numerosos vestigios prehispánicos, coloniales y la vía dividiría el conjunto cultural prehispánico. Hay cerca de 20 comunidades otomíes y problemas de salud asociados con el exceso de fluoruro y manganeso que tampoco han sido atendidos por las autoridades de salud de manera adecuada.