Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- Las advertencia de Peña Nieto “de ser tolerante hasta donde se pueda” confirma que el Estado prepara el uso de la fuerza pública no para contener ya, sino para disolver las manifestaciones sociales por la matanza de Ayotzinapa, “y sólo va a lograr que haya mayor movilizaciones, incluso internacional”, refirió Jairo Guarneros Sosa, activista de la Coordinadora de la Sociedad Civil, quien recomendó que el gobierno analice su estrategia porque le puede resultar contraproducente.
La declaración del Peña a su regreso de la gira por China y Australia “es muy desafortunada”, se trata de una amenaza muy clara de que prepara el uso de la fuerza pública para contener el creciente rechazo a la violencia en Iguala, Guerrero. Esto “no extraña a los grupos de activistas y luchadores, pero puede ser contraproducente porque la indignación y la rabia en el país cada vez crece más. Debe medir muy bien sus palabras”.
Las amenazas “enrarecen el clima de preocupación que ya existe entre la sociedad, porque se ve a un gobierno que cada vez se endurece más y utiliza la fuerza para resolver los conflictos. La masacre de Ayotzinapa nos ha indignado, pero hay que recordar que antes fue Tlatlaya, estado de México y ante todas las agresiones que ha habido en contra de los luchadores sociales, defensores de derechos humanos y luchadores medioambientalistas que también han sido reprimidos y como también ha sido provocado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional”, expuso.
Si se suman los hechos recientes en donde la Federación recurre a la fuerza pública para calmar manifestaciones, nos deja en claro que todo esto se trata “de una línea, de una posición política por parte del gobierno federal, de represión y junto con sus servidores políticos como es el PAN y el PRD además de gente de la clase política, que son cómplices de esta política represora que se está desarrollando a lo largo del país”.
A los mexicanos “no nos extraña que Enrique Peña Nieto al regreso de su gira por el extranjero hable de endurecerse las agresiones contra las manifestaciones que van creciendo. Es una política contraproducente, porque la indignación y la rabia en el país cada vez crece más”, advierte.
“Esos dos casos, Tlatlaya y Ayotzinapan, nos dicen que nos vamos a defender como podamos, en caso de que se generalice la represión”.
Por otro lado, indicó que las agresiones contra edificios públicos por presuntos grupos de anarquistas plantea que lo único que podría reivindicar cualquier forma de responder a la violencia, pero aclaró: “quienes estamos luchando no somos quienes generamos la violencia, respondemos a una violencia que genera el Estado, eso debe quedar claro. Cuando se incendió la puerta de Palacio Nacional, se supo que estaba involucrado el Estado Mayor Presidencial. Mientras en el caso de quema de las oficinas del PRI en Xalapa, no nos lo reivindicamos, porque es una acción que no lleva a solucionar nada”.
Cuando se habla de “que nos vamos a defender, es que no vamos a buscar la violencia. Pero si ellos recurren a la violencia, nosotros estamos en el legítimo derecho de defendernos, eso es diferente, a quebrar vidrios. La gente está indignada por los desaparecidos en el país, eso es lo que sí debería generar el enojo de la población”.