Cuando pensaba que ya habíamos alcanzado el colmo de la burla y el insulto, salen estos a asquearme cada vez más:
Alan Miranda
Reforma
Cd. de México, México (12 enero 2015).- El «retraso» de mes y medio en el lanzamiento de la segunda licitación del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro podría provocar que el costo del proyecto aumente.
El propio titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, admitió este impacto en diciembre pasado, cuando compareció ante integrantes de la Comisión Especial de Seguimiento al proyecto en la Cámara de Diputados.
Si la licitación se hubiese lanzado el último día hábil de noviembre (28), como la Secretaría prometió originalmente, el tipo de cambio habría sido de 13.9080 pesos, pero al cierre del 9 de enero el tipo de cambio alcanzó los 14.5925 pesos, un aumento de 4.92 por ciento, según el Banco de México (Banxico).
[TRADUCCIÓN: Por andar de chillones, se «perdió tiempo», subió el dólar y ahora darán mucho más dinero del erario la empresa constructora (Higa, Salinas y demás rateros amigos o patrones de Peña)… ¡negocio redondo!]
Las prebases de licitación serán presentadas por la SCT el próximo 14 de enero y el nuevo plazo para la presentación de propuestas económicas será de aproximadamente seis meses.
Hasta el momento, reiteraron su interés en el proyecto varias empresas que no presentaron propuesta en la primera oportunidad, como Bombardier y CAF.
Sin embargo, también lo hizo China Railway Construction Corporation (CRCC), la cual encabezaba el consorcio que fue declarado ganador del primer concurso.
Augustine Ubaldi, experto en ingeniería ferroviaria de la consultora Robson Forensic, explicó que retrasar un proyecto ferroviario siempre produce cambios en el precio, casi siempre encarecimientos, debido al efecto de la inflación.
Pero en el caso de los proyectos ferroviarios hay más factores que entran en escena.
«A menos que tengas tu propio fabricante de carros de ferrocarril en tu propio país, que se encargue de todo, desde alambres, interruptores y otras piezas, vas a tener que comprarle a alguien en el extranjero», explicó.
El detalle es que, sin importar si el fabricante de trenes es canadiense, como Bombardier, francés, como Alstom, o alemán, como Siemens, sus equipos están hechos de componentes fabricados en muchos países distintos.
Algunos de estas empresas incluso tienen instalaciones en Estados Unidos, como Bombardier, que tiene presencia en 15 estados.
Por lo tanto, el debilitamiento del peso frente al dólar hace que cueste más pesos comprar esos mismos componentes.
No obstante, admitió que hay otros factores que podrían contrarrestar, al menos parcialmente, los aumentos por el tipo de cambio. Uno de ellos es el menor costo del petróleo, que podría impactar en, por ejemplo, el precio del transporte.