Redacción Quadratín
MORELIA, Mich., 30 de agosto de 2014.- Tras recordar que el combate a la corrupción fue uno de los principales argumentos para aprobar la reforma energética y la transformación de PEMEX, el ingeniero Javier Jiménez Espriú aseguró que la nueva legislación no contempla mecanismos adecuados para combatir esta práctica que lacera gravemente a la industria petrolera mexicana. “En los últimos 10 años se recibieron recursos petroleros por billones de pesos y nadie sabe dónde están”, denunció.
De acuerdo con un comunicado de prensa, en compañía del jurista Rodrigo González Valderrama, Javier Jiménez Espriú participó en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2014, con la presentación del libro escrito por Ricardo Monreal, PEMEX, el atraco del siglo, obra editada por D3, donde se critica la decisión política de aceptar la participación privada en áreas prioritarias de la industria petrolera.
Desde la óptica del ex funcionario de Pemex, la ley aprobada no contempla esquemas adecuados para inhibir las prácticas de corrupción dentro de la industria petrolera y el sindicato permanece sin modificación. “Se ha dicho mucho, pero no se ha hecho nada. El sindicato sigue igualito, incluso con el mismo señor. Sólo era demagogia, no les interesa, es un mecanismo de venta de un proyecto”, advirtió.
El ponente recordó su etapa al frente de la subdirección comercial de Pemex y desde entonces tuvieron un incidente de fraude con Oceanografía, empresa que había contratado una draga China para uno de los puertos petroleros; sin embargo, se enteraron que había un tema de esclavitud y también les era difícil controlar cuanto estaban dragando previamente.
“Hace 20 años, Oceanografía era una empresa chiquita; sin embargo, durante la época panista creció mucho, gracias a su vínculo con familiares de las personas en el poder. Entonces Oceanografía mantuvo sus prácticas haciendo facturas falsas y turbias, pero a mayor escala”, lamentó el ex funcionario, quien advirtió que a pesar de todo, la salida de Oceanografía de la industria petrolera frenaría la mitad de la operación de Pemex, pues cuenta con más de 200 barcos, “Oceanografía va a volver a trabajar pero hay que hacer una revisión y establecer mecanismos de control”, indicó.
Así pues, enfatizó que la aprobación de la reforma no responde a intereses nacionales sino a presiones extranjeras y específicamente busca atender la crisis energética que amenaza a los Estados Unidos, “estamos presionados por el consumo energético norteamericano y la necesidad de su seguridad a futuro. Dicen que van a ser autosuficientes en la energía, pero los EU consumen 19 millones de barriles diarios y producen 10 u 11 barriles, subir 8 millones de autosuficiencia diaria, está muy lejos”, describió.
En el marco de la feria literaria organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Javier Jiménez Espriú Clubdijo de manera enfática que a México nunca le ha convenido comprar gasolina y vender petróleo, “es una política definida de gobierno contraria a los intereses nacionales. Si nosotros somos productores de petróleo y estamos vendiendo barriles a 100 dólares, es absurdo no transformarlos en petroquímicos para venderlos a 500, 600 o 1000 dólares”, reclamó.
En el mismo tenor, calificó de falacia la posibilidad de que las empresas petroleras extranjeras, vayan a aportar suficiente capital vía impuestos para cubrir la aportación de Pemex a las finanzas nacionales, cuando este ingreso representa el 35% del gasto de la federación, “ni vamos a aumentar los millones de barriles en los tiempos que quieren, ni el 100% de la renta petrolera permanecerá en México”, expresó.
Quien también fuera presidente del Club de futbol Pumas de la UNAM, indicó que los esquemas de contratación planteados en la reforma son los de utilidad compartida o de producción compartida, es decir, los contratistas recibirán un rembolso por sus costos pero no hay elementos para vigilar la veracidad de los mismos, de tal forma que existe un alto riesgo de encontrar costos inflados.
“Los costos no los puede vigilar nadie, se tiene que aceptar lo declarado por los contratistas. En todas partes del mundo ha sucedido, los costos son inflados, las nóminas infladas, los automóviles de lujo pasan como autos utilitarios, la maquinaria de primera pasa como maquinaria de segunda, pero además los precios los van a entregar los contratistas”, advirtió tras señalar que de la resta entre las utilidades de venta y el rembolso de costos, se calculará la renta petrolera, previsiblemente menor a la esperada.
Finalmente, condenó el esquema de ocupación temporal de tierras o servidumbre, por ser uno de los aspectos más delicados de la reforma. Consideró que el aspecto más grave es la designación de la industria petrolera como prioritaria, lo que inhibe la posibilidad de los propietarios de oponerse a las ocupaciones, “ojalá que los norteamericanos lo lean muy bien, porque esto puede provocar serios problemas sociales, la gente no va a permitir este proyecto neoporfirista” concluyó.