Roxana Aguirre
La Jornada
“Mamá, se está cayendo la casa”, gritó desesperada una joven a su madre, mientras desde abajo, su vecino también le gritaba “Mireya, salte, las casas se están cayendo”.
Así comenzó la fatídica madrugada para Roxana del Carmen Rosales Santamaría, una de las afectadas por el hundimiento que se registró en el Infonavit Río Medio II, donde tres casas resultaron severamente dañadas cuando la calle se quebró y comenzó a tragarlas.
Las lluvias torrenciales de la madrugada en la que impactaría la tormenta tropical Dolly dejaron severos daños en todo Veracruz, la mayoría de ellos hundimientos e innumerables daños materiales.
“Estaba leyendo un libro y con los truenos no me percataba bien del ruido que hacía la pared al separarse, me levanté cuando mi hija me empezó a gritar, entonces me di cuenta”, expresó.
Segundos después estaba bajo la lluvia, sosteniendo a la hija de apenas seis años de su vecino, al que estaba jalando la corriente cuando salió de su casa, el garaje prácticamente estaba por venirse abajo y la calle se había convertido en un río.
Raúl Mendoza Villegas apenas pudo salir de su casa con su pequeña en brazos, su esposa, en los intentos desesperados de salir de entre las ruinas de su entrada, tuvo algunas cortadas y una crisis nerviosa.“Dejé a la niña en la otra casa porque con la presión del agua ya no se podía caminar porque estaba destruido”, afirmó.
Los vecinos del infonavit Río Medio responsabilizan directamente al ayuntamiento de Veracruz por lo ocurrido, pues fueron los miembros del departamento de obras públicas los que estaban cambiando las banquetas, por donde se filtró el agua e inició el deslave.
“La verdad fue algo muy feo, no nos los esperábamos, se les dijo a las personas que estaban levantando la banqueta que era mal tiempo para hacerlo, lo hicieron, a raíz de eso ustedes pueden ver lo que se suscitó, eran del ayuntamiento de Veracruz”, afirmó Rosales Santamaría.
Expresó que hace un par de meses repararon la calle y los trabajadores les argumentaron que como les sobró algún presupuesto tenían que demostrarlo y rompieron las banquetas, estos trabajos iniciaron desde el jueves hasta el lunes.
Al cuestionarle al director de obra pública del ayuntamiento Salvador Barbes Navarro lo ocurrido afirmó que se trataba de “gajes del oficio”.
En la zona norte también de la ciudad, en el Infonavit Buena Vista, otro hundimiento se tragó dos vehículos, en este caso los ciudadanos responsabilizan directamente a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que realizó trabajos de mala calidad en la zona.
Pilar Medina Miranda, habitante de la calle Esmeralda, afirmó que personal de la paraestatal acudió a cambiar la tubería para que quedara bajo el suelo, la conectaron al transformador, sin embargo nunca regresaron a cambiar la zanja.
Con la intensidad de las lluvias de la madrugada la tierra se deslavó y provocó que la tierra se hundiera en toda la zona, dejando dos vehículos que se hallaban estacionados fuera de las casas de sus propietarios prácticamente bajo la tierra.
Una decena de viviendas podrían estar en riesgo en esta zona, además del riesgo de caída de un árbol y un poste, que están muy cerca del socavamiento.
El tercer hundimiento se registró en El Coyol, al poniente de la ciudad, donde desde hace un par de meses los habitantes habían denunciado ya este deslave, sin que se atendiera como era necesario, ahora la calle Cafetales prácticamente desapareció.
“Fue anoche cuando empezó a caerse todo eso, todavía ayer pasaban carros pero ahorita ya no, ya tiene meses que con la lluvias fuertes comenzó a caerse, antes la calles se llenaban de agua, luego poco a poco iba bajando”, afirmó María de Jesús Osorio.
Ella y sus vecinos temen que el deslave siga creciendo y termine por llevarse también sus casas o bien afectarlas en su estructura.
Martha Elena de la Cruz Ibañez expresó que desde hace dos meses se hizo el reporte, además el derrumbe del asfalto de la calle que ocurrió durante la madrugada provocó que se rompiera el tubo del drenaje y se contamine la laguna.
Vecinos colocaron 500 costales para evitar que siguiera el socavamiento, sin embargo fue insuficiente. “Son 32 casas las que podrían estar afectadas, ya viene hasta aquí, que nos esperamos que nos caiga una casa encima, se echaron la bolita entre Conagua, SAS el ayuntamiento y no supimos ni quién fue el del desorden”, afirmó.
Todos los casos tienen un común denominador, alguna autoridad no realizó sus trabajos debidamente, con las precauciones y la calidad necesaria, lo que ahora se convirtió en daños muy costosos que hay que pagar, se puso en riesgo la propiedad y además peligro la vida de las familias.