México, 16 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- ¡Claro! Aparte de mansiones y lujos millonarios para él y su espuria familia, ¿en qué más podría gastar un asesino?
El diario estadounidense The Washington Post (TWP) informó ayer que el asesino de Atenco y actual usurpador Enrique Peña Nieto, ha comprado CIEN VECES MÁS ARMAS que sus antecesores y que el despilfarro del dinero de todos los mexicanos en ese rubro, podría superar los MIL MILLONES DE DÓLARES.
Aunque según testimonios de militares gringos citados por el mencionado diario, la compra de armas va encaminada a «combatir al crimen organizado», lo único cierto es que este grosero dispendio millonario se da en medio de una crisis económica rampante, miseria y hambruna de un pueblo esclavizado, mientras el régimen se arma hasta los dientes para consolidarse por la fuerza frente a su propia ilegitimidad y el creciente repudio popular en su contra.
Las masacres de civiles desarmados, por lo menos cuatro en menos de tres años, sumadas a la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa con participación de fuerzas federales y del Ejército, confirman lo arriba señalado. El régimen usurpador sólo busca intensificar la represión y la matanza de un pueblo cada vez más harto.
De acuerdo con Iñigo Guevara Moyano, consultor de defensa citado por TWP, detectó «un rápido incremento en los gastos de defensa de México en la mayor parte de la década pasada. Desde 2006, el gasto se ha triplicado, de 2.6 mil millones dólares a siete mil 900 millones este año». En efecto, la compra de armas aumentó con la guerra contra México emprendida por el genocida usurpador Felipe Calderón en 2006. ¿Y quiénes han sido los más beneficiados? Por supuesto, las trasnacionales gringas dedicadas al negocio de asesinar.
No obstante, durante el actual régimen usurpador, la empresa alemana Heckler & Koch (H&K) también se ha engordado los bolsillos con el dinero de los mexicanos, a costa de brutalidades como el asesinato de seis normalistas en Iguala, Guerrero, a manos de policías municipales, utilizando fusiles G36 de la citada marca alemana. De hecho, H&K exportó a México unos 10 mil 100 fusiles de asalto, aproximadamente mil 500 más que los declarados, según informes de una publicación alemana. Matar mexicanos salió buen «business» para esta genocida empresa.
Asimismo, en enero pasado se vieron 27 vagones llenos de municiones cruzar la frontera de Estados Unidos hacia el lado mexicano con una carga que contenía 30 millones de balas, seguido por flotas de helicópteros Black Hawk y miles de vehículos militares Humvees. En total, TWP calcula MIL MILLONES DE DÓLARES EN EQUIPO MILITAR ESTADOUNIDENSE VENDIDO A MÉXICO EN SÓLO DOS AÑOS, según fuentes gubernamentales citadas por el diario.
Todo esto, sin mencionar el gasto en compra ilegal de armamento, pagado también con dinero público para armar a los cárteles y sostener el mercado negro de armas en nuestro país.
Pero, ¿quién paga realmente? El pueblo, por supuesto, a través de los altos impuestos que hacen de México uno de los países más caros del mundo para vivir. Pero en el colmo de la ignominia, es el consumo a trasnacionales asesinas como Coca cola, Phillip Morris o Bimbo, lo que está dejando más dinero al régimen usurpador para enriquecer a su vez a Estados Unidos. El cobro de impuesto sobre impuesto al consumo de alcohol y chatarra está resultando un triple negocio redondo: riqueza para las trasnacionales fabricantes del veneno, saqueo al pueblo vía impuestos y luego enriquecimiento a los empresarios del homicidio (armas).
El origen de todos los problemas es más que evidente ahora: EL CONSUMO. Para resolver los problemas de este país y del mundo entero, no hace falta más que dejar de enriquecer a los envenenadores de la humanidad.
Con información de Proceso