México, 24 de junio 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Ahí tienen sus 30 años de «políticas neoliberales»: un grupete de criminales acaparan toda la riqueza del país, dejando migajas para la rapiña de la clase media, mientras la mayoría de los mexicanos cae en la pobreza extrema, el hambre y claro, la delincuencia, porque la desigualdad que propicia el decadente neoliberalismo acaba derivando en descomposición y canibalismo social.
El diario La Jornada informó hoy que México alcanzó niveles de desigualdad, estancamiento económico y pobreza extremos, ubicándose como el país que supera el promedio de desigualdad social en el resto del mundo.
La Jornada cita datos del informe “Desigualdad Extrema en México: Concentración del Poder Económico y Político”, presentado por la organización internacional Oxfam, que vuelve a poner el dedo en la llaga de la problemática nacional: “la riqueza se encuentra concentrada en un grupo selecto de personas que se han beneficiado del poco crecimiento económico del que ha gozado México en las últimas dos décadas”.
En el estudio, se demuestra que México tiene mucha más desigualdad que el promedio de los 113 países analizados. Ordenados de menor a mayor nivel de desigualdad, nuestro país ocupa el lugar 87 de 113. Es decir, más de 75 por ciento de los países del mundo son menos desiguales que el nuestro.
El dato es congruente con las estimaciones del Global Wealth Report 2014 de Credit Suisse, citado por La Jornada, en las que se calcula que un grupo de oligarcas mexicanos que representan menos del 1 por ciento de la población, concentran el 64.4 por ciento de la riqueza total del país, aunque lo más probable es que la cifra esté maquillada y el porcentaje de riqueza que acaparan sea mucho más alto.
En el mismo sentido, se ha observado que el número de «nuevos ricos» no ha aumentado en México en los últimos años, y en cambio sí se han incrementado las fortunas mal habidas de los saqueadores de siempre, como Carlos Slim, Germán Larrea o Ricardo Salinas Pliego.
Según el Oxfam, la riqueza de Carlos Slim, Germán Larrea, Alberto Bailleres y Ricardo Salinas Pliego, representaba el 2 por ciento del PIB en 2002; entre 2003 y 2014 se incrementó a 9 por ciento –nuevamente, la cifra debe estar maquillada. En todo caso, ello signfica que mientras el PIB per cápita crece a menos del 1 por ciento anual, la fortuna de los individuos más ricos se multiplica por cinco.
Tal es el resultado de las «políticas neolibearales» que desde el salinato se nos han vendido como la panacea, entre priviliegios fiscales cada vez más altos para la oligarquía, más impuestos para el grueso de la población y reformas vandálicas a la Constitución, acompañadas de la eterna promesa de «desarrollo económico» que sí llega… para los criminales oligarcas de siempre, con su buena tajada a los «políticos» títeres de esos sujetos y migajas para el pueblo que, a fin de cuentas, es el que genera toda esa riqueza.
A los nombres de los cuatro cerdos monstruosos arriba mencionados –Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas Pliego y Alberto Bailleres–, súmese Emilio Azcárraga y una larga lista de corporaciones extranjeras que tras la orgía de contrarreformas del actual régimen usurpador, han llegado a México para rapiñar el pastelote trabajado sin descanso por todos los mexicanos para beneficio de unos cuantos.
Esos nombres nos dan la pauta real de cómo luchar para cambiar las cosas: NO CONSUMO. La conciencia de que en realidad no necesitamos los «servicios» ni las porquerías venenosas que nos venden tras crearnos falsas necesidades de consumo, a través de la televisión y otros medios de programación mental. El boicot económico es en realidad la forma de lucha más efectiva para tumbar al actual sistema de consumismo, esclavización y mentiras que tiene a México sumido en la desigualdad más insultante e ignomniosa de la historia.
Con información de La Jornada