Julio Hernández López
La Jornada
¡Alabado sea el señor (de Los Pinos)! El apóstol Manlio Fabio, a través de uno de sus seguidores más cercanos, el tamaulipeco Marco Antonio (Bernal), está en vías de materializar el milagro de la multiplicación adversa de los pesos (no en condición de activos sino de pasivos).
Prodigio apenas aparecido en el templo-teatro dedicado a San Lázaro, religiosamente convertido éste en patrono de que las causas populares sean perdidas, donde las jubilaciones y pensiones de la nómina de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad pretenden ser acogidas como martirio nacional por decisión de los miembros panistas y priístas de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados que preside el antes mencionado Bernal (sicólogo por la UV, con maestría en ciencia política por El Colegio de México, algún tiempo cercano a Manuel Camacho), especializado en el análisis político, la generación discursiva y la definición táctica (pero no en lo energético ni lo petrolero) del equipo dirigido por el sonorense Beltrones.
Poseídos de ese fervor de sustracción y entrega de la riqueza nacional, los diputados federales que hacen mayoría podrían hacer que de la noche a la mañana los mexicanos amanezcan con un 40 por ciento de deuda nacional extra (así lo calculó el perredista Miguel Alonso Raya), para lo cual año tras año, al meritito estilo Fobaproa, del presupuesto federal de egresos se destine una alta cantidad al pago de estas deudas alegremente instituidas por los “representantes populares” que ahora pretenden que la nación asuma casi dos billones de pesos como deuda para que así Pemex y CFE brillen como ejemplo de modernización y mejoría, de tal manera que los habitantes de este sedado país vayan confirmando en la práctica los “beneficios” concretos de las reformas impuestas entre mendaz retórica de beneficio a la economía popular.
La pretensión de que los mexicanos dejen de usar dinero público para obras y servicios de interés colectivo, y lo destinen a garantizar el pago de las pensiones y jubilaciones de los trabajadores petroleros y eléctricos, viene acompañada del presunto beneficio de que las cúpulas sindicales acepten modificaciones en sus contratos colectivos de trabajo, específicamente en rubros de descomunal privilegio en prestaciones varias. No sólo no se ha tocado a la élite corrupta de ese sindicalismo, del que Carlos Romero Deschamps es un estrafalario ejemplo de impunidad y despilfarro, sino que ahora se pretende que sus cuentas laborales de privilegio sean cubiertas por los que siempre acaban apechugando.
Falta, desde luego, que en el pleno de las curules sea confirmada esa pretensión, la semana entrante. La versión energetizada del Fobaproa es un Pemexproa o un FobaLuz, con una P distintiva, la de Peña, el promotor del nuevo sistema de conversión monetaria en México que al estilo de un Robin Hood al revés le quita el dinero a la inmensa mayoría de los mexicanos para que sean cubiertas las obligaciones laborales de dos paraestatales caracterizadas por tener una casta dorada, entre la miseria y el atraso colectivos. ¡Romero Deschamps y herederos de La güera Rodríguez Alcaine, los que van a morir fiscalmente les saludan!
Bien bonito que han de haber sentido los mexicanos devueltos a su patria por Estados Unidos a la hora de ver y oír al solidario secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, recibirlos en el aeropuerto de la ciudad de México. Toda una recepción VIP, que en este caso se llama PRIM, en el área de Procedimiento de repatriación al interior de México. Emocionantes palabras del migrante de Bucareli, que dio la bienvenida a 135 paisanos que forman parte del flujo gringo de devolución de mano de obra sin regularidad documental, que en un año ha permitido a 13 mil 600 mexicanos regresar al paraíso de buenos trabajos, salarios decorosos, seguridad pública, infraestructura urbana decorosa y tranquilidad rural preservada.
Sin saco, alejado del bullicio y de la falsa sociedad, el vicepresidente político del país hizo ver a los recién llegados los muchos esfuerzos que la administración peñista ha hecho para que ya no tengan que andarse yendo a dar de qué hablar en el vecino país norteño. ¿Quién querría irse, o volverse a ir pa’l otro lado si acá, según el arcángel San Miguel (Ángel), “trabajamos para abrir oportunidades, para que los niños que están aquí vean que pueden estudiar, que pueden crecer sanos y hacer su propia historia de éxito”?
Cantor de los sentimientos del pueblo migrante, el lic. O.Ch. hizo saber a quienes fueron deportados, técnicamente “repatriados”, que las autoridades federales (de México, se entiende) trabajan con denuedo para que los reintegrados “realicen sus propias acciones que les permitan salir adelante sin que tengan que emigrar de sus lugares de origen”. Chido, porque han de saber los paisas que “aquí hay muchos que les lloran, sus familias; muchos que se quedan solos, sus hijos”. Bien bonitas palabras (los mismísimos Tigres del Norte envidiarían la poética prosa), luego de las cuales el Señor Secretario regresó a su vehículo blindado, con sus guardaespaldas, rumbo a oficinas de lujo verdadero, a seguir ejerciendo el poder, mientras los héroes del retorno a fuerzas comenzaron a perderse en su realidad sabida, la de siempre, la que les hizo partir a otro país porque el suyo está cada vez peor.
En el México al revés, las violaciones ambientales y la colusión de intereses económicos y políticos para beneficiar a unos cuantos no son motivos para activar los mecanismos de “justicia”, pero sí “denuncias anónimas” contra comuneros de Holbox, en Quintana Roo, quince de los cuales fueron apresados mediante acción de la Marina y policías. En defensa de esa zona hay un amplio movimiento social que no es escuchado ni atendido. Flora, fauna y comunidades originarias están en grave peligro, pero los gobernantes sólo ven riesgo para los grandes negocios comisionables en esa región convertida en botín.
Y, mientras el PRD realiza este lunes una protesta contra (ciertas) reformas peñistas, ¡feliz fin de semana!
