Nidia Martínez de León
Vanguardia
Monclova, Coahuila.- La cura para inhibir la “homosexualidad” existe y está en Monclova…, al menos así lo asegura el pastor Juan José Villa del Templo Nuevo Amanecer, quien se pronunció en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo y sostiene que la iglesia puede intervenir exitosamente en la reorientación sexual.
El sujeto que asegura «curar la homosexualidad», de nombre Juan José Villa. Foto: Vanguardia-Especial
Luego que el Congreso de Coahuila aprobó la reforma al Código Civil que permite el matrimonio igualitario, distintas iglesias calificaron esa decisión de “aberrante”.
Juan José Villa, pastor de más de 200 miembros de la Asamblea de Dios, no dudó en exponer su postura en contra del matrimonio gay pues, a su parecer, va en contra de los principios de la buena moral; no obstante, afirmó que homosexuales y lesbianas son bienvenidos en el templo, para ayudarles a cambiar y mostrarles que Dios no los hizo gays.
“Estamos aquí para decirles que hay una persona que los puede ayudar a estar contentos con su sexo y disfrutar de su naturaleza como hombres y mujeres, ésta persona es Jesucristo. El ser homosexual o lesbiana es un hábito, una costumbre que tiene solución desde todo punto de vista”.
Villa aclaró que para sanar la homosexualidad, se les invita a las reuniones y en terapias “reparativas” se les muestra amor.
“No los aceptamos como son, los ayudamos a cambiar, como al alcohólico que lo amamos pero le damos la solución”, abundó, “no lo señalamos ni enjuiciamos, le decimos que existe un cura y nosotros la tenemos”.
Y el Templo Nuevo Amanecer presume tener casos de éxito en la reorientación sexual.
Un joven, ahora miembro de la iglesia, en su testimonio expone que practicó la homosexualidad por varios años, pero el rechazo de sus amigos y familiares lo orilló incluso a atentar contra su vida. Decidió a buscar una solución a su “problema” hasta que se topó con el templo.
Se enteró por conocidos cristianos evangélicos que podía cambiar su orientación siempre y cuando así lo quisiera, entregando su vida a Dios. Y lo hizo, buscó al Pastor para platicarle su historia, entró en las terapias de grupo para reflejar su identidad masculina, hasta que se aceptó, cambió su postura y fue bautizado. Un proceso con duración de un mes.
Muchas personas, por lo general jóvenes, aseguran que el método de transformación funciona, por lo que la iglesia continúa promocionando los procedimientos para volver a la heterosexualidad.
