México, 25 de junio 2017 (NOTIGODÍNEZ).- El régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, avanza sin resistencia alguna en su bárbara ofensiva para desmantelar a la empresa nacional más importante de nuestra historia, Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sólo durante 2016, la «Secretaría de Hacienda y Crédito Público» (SHCP) recortó MÁS DE 100 MIL MILLONES DE PESOS al presupuesto de la otrora paraestal, lo que ha servido para debilitar la infraestructura petrolera nacional cada vez más precaria y, desde luego, justificar el despido de miles de trabajadores.
De acuerdo con el diario La Jornada, sólo en mayo pasado se perdieron 22 mil 500 empleos en tres estados cuyos ingresos dependen de la actividad petrolera, misma que ha disminuido brutalmente en lo que va del régimen usurpador de Peña Nieto.
Citando cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la «Secretaría del Trabajo y Previsión Social» (STPS) y de Pemex, La Jornada detalló que en Veracruz se perdieron 5 mil 414 plazas, en Campeche 6 mil 672 puestos de trabajo y en Tabasco otros 10 mil 444, lo que en total suma 22 mil 530 personas que se quedaron sin empleo y, por tanto, sin seguridad social.
La cifra exorbitante representa casi la mitad de puestos de trabajo en el sector petrolero que se perdieron en el periodo 2015-2016, cuando en los mismos estados 54 mil 729 empleados fueron echados a la calle.
Según informes oficiales de Pemex, entre junio de 2015 y el mismo mes de 2016 se realizaron «ajustes» -DESPIDOS y eliminación de plazas- en su plantilla laboral de 18 mil 835 empleados.
El año pasado, la SHCP aplicó dos recortes al gasto público, uno de ellos en febrero por 132 mil 300 millones de pesos, de los cuales 100 MIL MILLONES le fueron despojados al presupuesto de Pemex.
Simulador, incoherente y torpe como siempre, el asesino de Atenco destinó posteriormente 5 MIL MILLONES DE PESOS -dinero de todos los mexicanos- a un «paquete de ayuda» dirigido a Campeche y Tabasco, para paliar los efectos de sus propias decisiones y contrarreforma energética que está acabando con la actividad petrolera nacional.
Evidentemente, el «paliativo» no sirvió para nada. Los datos del IMSS demuestran que el número de plazas en dichos estados ha seguido disminuyendo.
Además del despido masivo de trabajadores petroleros, la ofensiva peñista contra Pemex ha derivado en el cierre «temporal» de varias refinerías, con las consecuentes pérdidas económicas para el país al caer la producción de petrolíferos.
Apenas el pasado 14 de junio, la refinería más importante de Pemex, «Antonio Dovali Jaime», ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, suspendió actividades luego de un incendio «accidental» provocado por el embate de la tormenta tropical «Calvin». En su momento se denunció que Pemex no aplicó los protocolos mínimos de seguridad para prevenir el siniestro.
El cierre de esta planta representará pérdidas de casi 800 MILLONES DE PESOS durante los 47 días que tomarán las reparaciones y trabajos de mantenimiento. ¿Y quiénes ganan con este desmantelamiento?
Con información de La Jornada