Álvaro Delgado
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La reaparición de Felipe Calderón en México, con un “alegato” a favor de su gobierno en forma de libro, resultó deslucida.
No lo acompañaron los principales miembros de su gabinete. Ni siquiera los presidentes del Partido Acción Nacional (PAN) que él impuso y que iniciaron su degradación y corrupción, como definió él mismo a la crisis que vive esa institución.
En efecto, en una entrevista con Joaquín López Dóriga, Calderón Hinojosa se dijo triste por la crisis que vive el PAN, agravada por la difusión de un video de una fiesta de diputados con prostitutas, lo que originó la remoción de Luis Alberto Villarreal como coordinador de la bancada panista en san Lázaro.
“Obviamente me da tristeza y pena. Yo lo que veo es un proceso de degradación y descomposición moral y de corrupción que no sé qué límite pueda tener. Pena y vergüenza, no hay nada más que decir”.
Y justo a la hora en que se tenía previsto iniciar la presentación de su libro, Gustavo Madero, presidente del PAN, convocó a conferencia de prensa para anunciar al relevo de Villarreal: José Isabel Trejo.
En el salón del Club de Industriales, donde se celebró la presentación de su libro Los retos que enfrentamos. Los problemas de México y las políticas públicas para resolverlos (2006-2012), no aparecieron figuras del PAN, de su gobierno, ni siquiera empresarios.
Luis H. Alvarez, el prócer del PAN, estuvo ausente. La excandidata presidencial Josefina Vázquez Mota desairó a Calderón, lo mismo que Germán Martínez y César Nava, expresidentes de ese partido que lo obedecían en todo.
La figura más prominente del felipismo fue el senador Ernesto Cordero, frustrado aspirante a candidato presidencial y a la presidencia del PAN.
Fueron, eso sí, algunos familiares: Margarita Zavala, su esposa, su hermana Luisa María Calderón y su cuñado Juan Ignacio Zavala.
Diego Fernández de Cevallos, excandidato presidencial, y Luis Felipe Bravo Mena, expresidente del PAN, fueron las únicas luminarias del PAN en el evento que ni siquiera ocupó toda la sillería del salón.
Al tono autoelogioso del libro de Calderón, definido por él mismo como un “alegato” a favor de su gobierno, se sumaron los presentadores: María Amparo Casar, coordinadora de asesores de Santiago Creel en la Secretaría de Gobernación, y los periodistas Ciro Gómez Leyva y Jorge Fernández Menéndez.