Roberto Garduño e Israel Ortega
Reforma
Cd. de México (21 septiembre 2014).- En la Delegación Iztapalapa tiene una de las peores calles del Distrito Federal.
Entre baches que superan los 10 centímetros de profundidad y los 2 metros de ancho, los automovilistas que se atreven a cruzar por la vialidad deben zigzaguear para librar los hoyos que se multiplican por decenas.
Se trata de la calle Cazuela, ubicada dentro del perímetro de la Central de Abasto (Ceda) y que es utilizada por cientos de automovilistas para conducirse de la Avenida Javier Rojo Gómez al Eje 5 Sur.
«No sales de uno cuando ya te metiste a otro, esta parece una zona de guerra», indicó Joel Pascual, quien circula por la zona.
El 6 de enero de 2013 la Agencia de Gestión Urbana emitió los folios 012013-1721 y 012013-1724 para dar seguimiento a la solicitud de un automovilista de reparación de esta vialidad.
Al menos 19 peticiones más han hecho usuarios de redes sociales a la Ceda, la Delegación Iztapalapa y al Gobierno del DF durante los últimos 12 meses, pero ninguna ha tenido respuesta.
De acuerdo con información de autoridades de la Ceda, en la vialidad se invertirán 5 millones de pesos, que ejercerá la Secretaría de Obras para realizar la pavimentación de la zona, que a decir de los conductores tiene más de 20 meses en ese estado.
El inconveniente, precisó la Ceda, es que no será sino hasta en 45 días, cuando la empresa encargada de proveer los materiales para su rehabilitación, entregue los insumos para iniciar la obra.
Mientras tanto, quienes padecen el estado de la vialidad son los automovilistas que deben pasar obligatoriamente por el sitio y los operadores de camiones de carga, quienes optan por circular por ahí, ya que es una salida más directa hacia el Eje 5 Sur.
«Si trajera un carrito normal como sea, pero se trata de un camión que no cabe por las calles aledañas, al que tengo que maniobrar si quiero hacerlo, entonces mejor opto por pasar con cuidado», dijo el transportista Javier Bustamante.
Al contrario de este operador, hay quienes ya le agarraron el modo a la calle y aprendieron por dónde pasar para sortear los hoyos.
«Si te vas por la izquierda pasan sin brinca, a pesar de que está el charco y no sabes si hay un bache, ahí es donde está más parejito, pero no cualquiera los sabe, entonces prefieren regresarse o pasarse por donde están los hoyotes», agregó un conductor.
De unos 4 carriles que se aprecian en esta vialidad para circular, los automovilistas sólo utilizan el del extremo derecho y hasta la banqueta por el deterioro que tienen los otros.
El abandono de la calle ha provocado que el sitio se vuelva un punto de tiraderos clandestinos.
De acuerdo con datos de la Delegación Iztapalapa, fueron necesarios 15 viajes de camiones cargados de desperdicios que realizó el pasado 27 de junio para limpiar la zona.
No obstante, la zona nuevamente es un tiradero clandestino de desperdicios.
Y en Echegaray padecen por hundimientos
Desde hace al menos 10 años, vecinos de Hacienda de Echegaray han padecido la formación de socavones a lo largo de las calles del fraccionamiento.
Entre las más afectadas se encuentran las vialidades Hacienda de Zacatepec, Hacienda de Presillas y Hacienda de Zotoluca, donde actualmente hay seis hundimientos y cinco parches en 150 metros de la calle.
De acuerdo con los colonos, los hundimientos empiezan como pequeñas fisuras que posteriormente derivan en socavones de hasta 1.80 metros de profundidad.
Los vecinos presumen que en la zona ha cavernas que deben ser tapadas, sin embargo, aseguran que el Gobierno municipal sólo ha ido a bachear, lo que consideran inadecuado e inútil.
«Se va abriendo y con el constante paso de vehículos se hunde, se cae, tiene muchos años ya así, pero el problema no es de bacheo, el problema es que aquí abajo hay una caverna que pasa por toda (Hacienda de) Zotoluca y las calles paralelas», acusó el vecino Hiram Reyes.
«El problema es que lo tratan como bacheo, ese es el error, aquí no es para bachear, es para hacer una obra y rellenar por dentro».
Los boquetes en las calles tienen aproximadamente 3 metros de ancho por 3 de largo y una profundidad de al menos 30 centímetros.
Algunos de estos hundimientos están señalados con piedras, ramas y cintas restrictivas para evitar el paso de vehículos.
La vecina Irma Barraza mostró documentación de 2007 donde la Alcaldía, que entonces encabezaba José Luis Durán, respondió que los hundimientos se debían a asentamientos naturales del terreno.
«Hace un año, gente de Servicios Públicos dijo que turnarían el caso a Protección Civil pero no han venido; hace cuatro años los de Protección Civil dijeron que era un problema de tuberías y que las debemos reparar, se transfieren las dependencias el problema pero el Municipio no se ha pronunciado oficialmente», acusó Barraza.
Por debajo de esa calle pasan tuberías de agua potable, drenaje y gas.
«Ya no tiene caso pedir una explicación, lo que queremos es que se resuelva el problema, la autoridad tiene los elementos, nada más que se tapan los ojos y los oídos», dijo el vecino Luis Márquez.