México, 3 de marzo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Las mineras nacionales y sobre todo extranjeras que saquean la riqueza metalúrgica del estado de Chihuahua, se han llevado del país al menos 200 MIL MILLONES DE PESOS y sólo han dejado 500 millones, entre los años 2009 y 2015.
Así lo reconoció el régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, a través de su empleado Jaime Martínez Veloz en la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), quien, de acuerdo con el diario La Jornada, se rasgó las vestiduras al acusar que las concesiones de esas mineras fueron otorgadas por Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa. Ajá, ¿y por qué no se las retira Peña Nieto?
El sujeto denunció que los antecesores de su jefe asesino Peña, entregaron 32 millones de hectáreas de la Sierra Tarahumara a empresas mineras que no identificó –canadienses, gringas y chinas en su mayoría, así como las de Carlos Slim, Germán Larrea y Alfredo Bàilleres–, pero que desde entonces y hasta la fecha no hay vigilancia en la explotación que perpetran en esos territorios.
«Ni siquiera creo que tengan control de cuántas toneladas de oro salen del país. En Chihuahua hay 3 millones 120 mil hectáreas concesionadas; 90 por ciento de esa superficie, que equivale a 2 millones 800 mil hectáreas, fueron otorgadas en los gobiernos panistas de Fox y Calderón. Sólo de 2009 a 2015, en ese estado la producción de las minas fue equivalente a 200 mil millones de pesos y únicamente dejaron 500 millones en la entidad», dramatizó el empleado peñista ante representantes indígenas durante un encuentro en el «senado».
¿Le interesa el tema en realidad? No. Sólo es un drama engañabobos para satanizar a sus criminales antecesores y culparlos por el saqueo del que Peña Nieto es cómplice, mientras intenta lavarle la cara a su jefe que es igual o peor de entreguista.
«En Chihuahua, sobre todo en la zona Tarahumara, se han producido en siete años más del total de reservas que tiene el país en oro. Este país no puede seguir así, no aguanta más», volvió a dramatizar.
«Si tomamos como base la producción de oro en el país, en 21 años se ha producido la mitad del oro, mil 100 toneladas; entonces, ¿cómo te puedes explicar que con estos volúmenes de riqueza siguen existiendo los mismos índices de pobreza que en 1994? Algo no está funcionando».
En efecto, el sujeto reconoció el saqueo que vienen realizando esas empresa desde hace décadas. Pero, ¿puso en la mesa alguna propuesta para expulsarlas del país y cobrarles todo lo que han robado? No. Al contrario, el régimen al que sirve les facilitó sus operaciones criminales a través de la contrarreforma fiscal, en la que se determinó un «impuesto» raquítico a la minería de alrededor de 7 por ciento –o sea nada–, a cambio de la riqueza multimillonaria que anualmente se llevan del país.
Con información de La Jornada