Gloria Leticia Díaz
Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La violencia contra las mujeres periodistas en México se incrementó 374% de 2002 a 2013, al pasar de dos a 187 agresiones, 13 de las cuales fueron asesinatos, revela un documento elaborado por la organización civil Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC).
El informe “Impunidad. Violencia contra mujeres periodistas, análisis legal”, presentado este miércoles por la directora de CIMAC, Lucía Lagunes Huerta, incluye un análisis legal de cuatro casos emblemáticos de la violencia contra las mujeres periodistas.
Uno de ellos es el allanamiento de las oficinas de la propia organización en 2008; otro, el proceso por difamación y calumnia iniciado por el empresario Kamel Nacif contra Lydia Cacho, detenida en 2005 en Cancún por policías ministeriales de Puebla; el tercero, los juicios contra la reportera de Contralínea Ana Lilia Pérez, y el asesinato de la corresponsal de Proceso en Veracruz, Regina Martínez, en abril de 2012, clasificado por CIMAC como feminicidio.
De acuerdo con el reporte, sólo en un año, de 2012 a 2013, se registraron 86 agresiones a mujeres periodistas, 47 de las cuales ocurrieron en el último trimestre de 2013, y los estados más violentos fueron el Distrito Federal, Veracruz, Morelos, Chiapas, Puebla y Oaxaca.
Por el tipo de violencia contra las mujeres periodistas, entre 2012 y 2013 se contabilizaron de 39% a 47% de casos de violencia psicológica; entre 20% y 25% de violencia verbal, y entre 17% y 21% de agresiones físicas, siendo el caso extremo el asesinato de Regina Martínez, además de que en 64% de los casos se identificó a servidores públicos de todos los niveles de gobierno como la fuente de la violencia.
Del análisis judicial de los cuatro casos emblemáticos, la abogada Adriana Carmona encontró que la impunidad es el elemento común, así como que las fiscalías especializadas en delitos contra la mujer (Fevimtra) o de delitos contra la libertad de expresión (FEADLE) no toman en cuenta el trabajo periodístico como punto de partida para fijar líneas de investigación o para determinar el daño causado.