Y los padres de los niños pagan y enriquecen a Coca cola, Pepsico (Sabritas), Nestlé, Bimbo y otras marcas asesinas a cambio de tener a sus hijos gordos, enfermos y moribundos. La solución es así de simple: ¡DEJAR DE CONSUMIRLES A ESOS CRIMINALES!
Natalia Vitela
Reforma
Cd. de México (09 agosto 2014).- Los tratamientos que aplican los hospitales especializados para combatir la obesidad infantil «no están dando los resultados esperados».
En la Clínica de Obesidad del Hospital Infantil de México, sólo 4 por ciento de los alrededor de 400 menores que son atendidos cada año logra revertir su situación de manera permanente.
La Clínica de Obesidad del Instituto Nacional de Pediatría ha documentado que únicamente 280 de los 800 niños obesos que atiende al año logran eliminar los kilos extra y mantener su peso adecuado.
Salvador Villalpando, coordinador de la Clínica de Obesidad del Hospital Infantil, reconoció que a pesar de que los menores logran estabilizarse en seis meses, «lo cual podría considerarse un éxito», después la mayoría recae.
Para el experto, esto se debe al ambiente obesigénico que rodea a los niños, como el bombardeo publicitario de alimentos chatarra, la mala alimentación y el sedentarismo.
«Son factores en los que no podemos incidir, y al regresar los pacientes a ese ambiente obesigénico, es bien difícil que se puedan mantener por sí solos», indicó en entrevista.
REFORMA publicó ayer que en los últimos años la obesidad infantil ha elevado en las tiendas de uniformes escolares la demanda de tallas extra grandes.
Arturo Perea, coordinador de la Clínica de Obesidad del Instituto Nacional de Pediatría, estimó que para enfrentar esta epidemia primero se debe lograr que aquel niño que no tiene sobrepeso y obesidad se mantenga en buenas condiciones.
«De cada tres niños y adolescentes en México, uno tiene sobrepeso u obesidad. Nos cuesta mucho trabajo, por los porcentajes de éxito, que ese uno de cada tres llegue a estar nutricionalmente bien y con buen estilo de vida», externó.
Pese a las cifras, aseguró que en menores de 10 años se puede alcanzar una tasa de éxito de hasta el 50 por ciento cuando la familia participa en el tratamiento.
Sin embargo, reconoció, es común que al capacitar a las familias argumenten la falta de recursos y tiempo para no adquirir nutrientes sanos y activarse.
Guillermo Meléndez, especialista de la División de Investigación del Hospital General, consideró que las políticas públicas encaminadas a revertir esta enfermedad se han quedado cortas.
Por ejemplo, precisó en entrevista, la promoción de la actividad física en las escuelas es insuficiente.
«Los niños no están haciendo actividad física en las escuelas. El 1 por ciento del tiempo en la escuela lo dedican a actividad moderada y el 0.1 por ciento a actividad vigorosa. Son sedentarios o tienen actividad ligera y no podemos tratar de cambiar sólo con la dieta», externó.
Está demostrado, reiteró, que cuando no se combina el control de la dieta con la actividad física, es difícil revertir el sobrepeso y la obesidad.
‘Encargamos ahora uniformes grandes’
El aumento de peso en los niños sinaloenses obligó al Gobierno del estado a comprar uniformes de tallas grandes para el próximo ciclo escolar 2014-2015.
Francisco Frías Castro, Secretario de Educación en Sinaloa, explicó que de los 580 mil alumnos inscritos en los tres niveles de educación básica del estado, el 50 por ciento se encuentra en un peso normal; 19 tiene sobrepeso; 17 está obeso, y el 14 restante presenta bajo peso.
Recordó que en 2011 se quedaron en bodegas 259 mil uniformes escolares, debido a que las tallas no fueron las correctas.
«Tuvimos problemas con las tallas grandes. Quienes más sufrieron en esa ocasión fueron los alumnos con sobrepeso, ninguna de las empresas consideró que serían tantos y las tallas se agotaron rápidamente», indicó.
«Pero ahora tenemos un programa que se llama Registro de Salud Escolar».
El funcionario refirió que desde 2011 la dependencia a su cargo entrega dos uniformes por estudiante, así como un paquete de útiles escolares.
«Nosotros tenemos una matrícula de 580 mil alumnos, de modo que entregamos un millón 200 año con año, y 600 mil paquetes escolares. A esos se suman los uniformes que entregamos en media superior, que son para el Colegio de Bachilleres de Sinaloa, 80 mil uniformes», detalló.
De acuerdo con vendedores locales de uniformes, las tallas de los alumnos de jardín de niños van de la 4 a la 10, mientras que en primaria y secundaria van de 6 a 16 y de 12 a 24, respectivamente.