Aprovechándose ruinmente de la tragedia que vive el país, la criminal empresa Televisa volvió a hacer de las suyas y se regodeó en su -todavía- enorme poder de distracción, manipulación y embrutecimiento de masas.
Ayer miércoles 20 de septiembre, en medio de la conmoción que aún se padece por el sismo de 7.1 grados ocurrido el día anterior, el caso «Frida Sofía» causó un monstruoso revuelo mediático que se prolongó durante todo el día y parte de la noche en radio, televisón, prensa escrita y redes sociales.
Por la mañana se filtró la versión de que una niña de 12 años (o siete), identificada sólo como «Frida Sofía», se encontraba atrapada bajo los escombros de un colegio ubicado en Villacoapa, al sur de la Ciudad de México, colapsado durante el violento temblor del pasado martes 19 de septiembre -lo impensable: en pleno aniversario número 32 del terremoto ocurrido el mismo día de 1985.
El rumor se basó en informes oficiales de la Secretaría de Marina (Semar) sobre una persona detectada con vida luego de la realización de pruebas térmicas. Aunque nunca se aseguró que se tratara de una niña, «medios» divulgaron supuestas declaraciones de rescatistas que «habían hablado con ella». Se le identificó entonces con los nombres ya mencionados y se propagó la versión de que estaba acompañada de «otros niños y una maestra».
A medida que avanzaban las arduas y heroicas labores de rescate, el festín mediático se exacerbó con todo tipo de especulaciones, rumores y vaguedades que, al calor del morbo colectivo, se tomaron como hechos reales cada vez más desproporcionados. Pero fue Televisa la que desató, como siempre, el amarillismo, la histeria colectiva y el circo descomunal sobre el caso.
Alimentada por la ambición de una joven reportera de nombre Danielle Dithurbide, quien condujo el show de «Frida Sofía» acompañada por dos eminentes desinformadores de la empresa -Denise Maerker y el delincuente Joaquín López-Dóriga-, y la imbecilidad de una sociedad siempre hambrienta de morbo y estupidez, Televisa logró, como antaño, congregar a millones de angustiados y boquiabiertos televidentes en torno a una completa farsa.
Las redes sociales terminaron contagiándose de la euforia por el caso. «Frida Sofía» se mantuvo durante todo el día como tendencia dentro de los tópicos más comentados en Twitter. Miles de cibernautas expresaban, incansables, sus parabienes y mejores vibras para que la pequeña Frida Sofía fuera rescatada con vida.
En este medio alternativo caímos en la trampa e hicimos una nota al respecto, supuestamente con información seria. Erramos total y absolutamente. Quien esto escribe recurrió incluso a la radio por Internet para obtener información de primera mano. Torpemente, confiamos en que la estación Formato 21 de Grupo Radio Centro (GRC), proporcionaría información fidedigna sobre el caso al contar con reporteros desplegados en las diversas zonas de desastre. Segundo, y mucho peor, error.
Al momento de sintonizar la estación, los periodistas Flor de Luz Osorio y Carlos Castellanos conducían el noticiero apoyados por el grupo de reporteros en sitio. Uno de ellos, de nombre Juan Carlos Gutiérrez, informó poco antes de medianoche que «Frida Sofía ya había sido rescatada», citando el testimonio de una socorrista de nombre «María Fernanda». Ingenuamente le dimos el beneficio de la duda a ese «medio» y creímos en la información… pero TODO RESULTÓ SER FALSO.
Cuando se desmintió el rescate de la niña inexistente, Formato 21 tardó más de 10 minutos en «aclarar», socarrona y superficialmente, la información falsa que había proporcionado y que nosotros, por idiotas, difundimos en Twitter, recibiendo insultos y escarnio en respuesta. Por todo ello, ofrecemos una atenta disculpa a nuestros seguidores.
Me precipité al informar el rescate de la niña atrapada en colegio Rébsamen. ¿Mi error? Haber confiado en Grupo Radio Centro y @Formato21GRC
— NOTIGODÍNEZ (@NOTIGODINEZ) September 21, 2017
Televisa, sin embargo, seguía engañando miserablemente a su audiencia multitudinaria, sembrando la «esperanza», tensando, angustiando y manteniendo «con el alma en un hilo» a sus embrutecidos televidentes, ávidos de otra historia con final feliz que nunca llegaría.
Esta mañana finalmente se aclaró que en el colegio en cuestión no se tenía registro de «Frida Sofía». Luego, cuando quiso y tras permitir durante casi un día completo que el falso rumor se propagara, la Semar dio a conocer que ese personaje nunca existió. Todo fue un invento de Televisa en connivencia con la propia Semar.
Hoy el nombre de esa criminal televisora encabeza las tendencias en las redes sociales, con millones de mensajes de repudio en su contra. Ciertamente, la propia empresa terminó de aniquilar su nula credibilidad y clavó el último clavo en su ataúd. Ahora sí, compatriotas, ¿dejarán de alimentar a ese monstruo mediático que tanto daño ha causado a los mexicanos?
Una tétrica pregunta yace en los escombros de esta charada repugnante: ¿qué nuevo agravio se ha perpetrado ya en medio de ese circo abominable? ¿Qué brutalidad ayudó a ocultar la maldita Televisa con su nueva «caja china», a costa de sí misma?