México, 4 de octubre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- A través de una publicación en la red social Facebook, el académico Mauricio Meschoulam, colaborador del colectivo que financia el programa de refugiados sirios en México, conocido como «Proyecto Habesha», respondió a una serie de cuestionamientos que en redes sociales se han realizado sobre un programa que apoya a extranjeros, frente a la situación de pobreza en que viven millones de mexicanos.
El comunicado llegó de forma anónima a este medio alternativo a través de la sección de comentarios, en respuesta a la nota «Reciben a refugiado sirio con casa y comida gratis… ‘no hay apoyo’ para alumna de excelencia que vive en pobreza«, en la denunciamos la doble moral del actual régimen usurpador y un sector de la sociedad mexicana, al erigirse en benefactores de extranjeros mientras millones de niños mexicanos, como el caso de Pamela que se difunde en la nota, sobreviven en condiciones ignominiosas de pobreza extrema.
Para abrir boca, Mauricio Meschoulam aclara que responde a título personal –no en nombre del proyecto– a los cuestionamientos que en general se han vertido en redes sociales, aunque «la gran mayoría de las veces [el proyecto] recibe comentarios favorables e incluso deseos de participar o colaborar.»
En siete puntos desglosados en su publicación, Meschoulam explica que Habesha es una iniciativa ciudadana de estudiantes para estudiantes, aclarando que el proyecto no dispone de recursos públicos. En la nota publicada en este medio alternativo, se difundieron las versiones que denunciaban que Proyecto Habesha también contaba con financiamiento por parte del «gobierno».
En tal sentido, el académico puntualizó que las becas son otorgadas por las universidades privadas que reciben a los estudiantes sirios, que dichas instituciones otorgan mucho más del doble de becas a estudiantes mexicanos cada año, que estos apoyos existen desde hace mucho tiempo y son independientes de Proyecto Habesha y del conflicto sirio.
De igual forma, resaltó que cada uno de los miembros del proyecto tiene su propia trayectoria de trabajo en distintas causas humanitarias en nuestro país. Sin embargo, independientemente de los diversos puntos de vista, el Proyecto Habesha busca impulsar la solidaridad global como sucede en otros países, poniendo como ejemplo los apoyos que se proveen en el extranjero a los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.
Finalmente, Meschoulam señaló que todas las iniciativas humanitarias son loables, tanto las dedicadas a ayudar a mexicanos como las que eligen hacer algo por gente en otras latitudes del planeta. En cualquier caso, todas merecen apoyo y no ataques, «manos y no piedras», en sus propias palabras.
A continuación transcribimos el mensaje íntegro que Mauricio Meschoulam difundió en la red social Facebook:
Respondiendo a cuestionamientos sobre Habesha
A raíz de la visibilidad que ha adquirido el Proyecto Habesha para traer a 30 estudiantes sirios a completar sus estudios a México, la gran mayoría de las veces recibimos comentarios favorables e incluso deseos de participar o colaborar. Pero ocasionalmente, también recibimos ciertas críticas o cuestionamientos, normalmente en el sentido de por qué ayudar a estudiantes sirios “en vez” de ayudar a mexicanos. Se nos dice que “tenemos doble moral”, o que “somos candil de la calle y oscuridad en la casa”, o que “¿por qué no ayudar a un indígena o migrante mexicano….eso no es cool?” o “¿por qué no otorgar el doble de becas a mexicanos por cada beca que otorgamos a los sirios?”, y temas similares. Por ello, he decidido escribir las siguientes líneas, las cuales reflejan exclusivamente mi perspectiva, no la posición oficial del proyecto.
1. El Proyecto Habesha es una iniciativa ciudadana, concretamente una iniciativa de estudiantes para estudiantes. No es una iniciativa gubernamental, ni cuenta con recursos oficiales. Las críticas al gobierno mexicano por su acción o inacción en materia de migración o refugio, por tanto, debieran más bien ser dirigidas a las autoridades correspondientes, no a los estudiantes de este proyecto.
2. Las becas no son otorgadas por los estudiantes del Proyecto Habesha, sino por instituciones universitarias como la Universidad Iberoamericana o la UP de Aguascalientes. Estas instituciones no becan “el doble” de mexicanos por cada beca que otorgan a estudiantes sirios. Becan a muchos, pero muchísimos mexicanos más. Las becas a los sirios no restan una sola beca a estudiantes mexicanos. Se suman a ellas. Si alguien desea revisar cuántas becas otorgamos a estudiantes mexicanos, es simplemente cosa de contactarnos.
3. En instituciones como la Universidad Iberoamericana no estamos esperando que nos sugieran en redes sociales para actuar en favor de México, un país con las necesidades que todos conocemos. Lo hacemos desde muchos años antes de que existiera Internet o las redes sociales. Quien tenga duda de nuestra labor, no solo en materia educativa sino en materia social, sugiero busque la acción de la Ibero en programas como el de Interculturalidad y Asuntos Indígenas, el PRAMI (en materia migratoria), el programa de Derechos Humanos o el Programa de Medio Ambiente. Ninguna de las acciones que hacemos en favor de México o migrantes de nuestro país o continente se detiene por ayudar a estudiantes sirios. No le restamos un solo centavo a ninguna de estas iniciativas por apoyar el Proyecto Habesha. Se trata de sumar, no de sustraer.
4. A nivel individual, muchos de quienes trabajamos en Habesha tenemos años dedicados a iniciativas y esfuerzos dirigidos a nuestro país. Lo puedo decir por cada individuo que forma parte del equipo del proyecto. En lo personal, mi investigación de campo diseñada para elaborar propuestas de política pública en materia de reducción de violencia y apoyo a víctimas por efectos psicosociales, y en materia de construcción de paz, se ha concentrado desde 2010 en México. Hoy contamos con un equipo que trabaja incansablemente efectuando labores académicas en diversas partes del país, talleres, cursos de capacitación para periodistas, policías, funcionarios, personal militar y de inteligencia, padres y madres de familia, maestros, y otros sectores de la sociedad, en temas de construcción de paz. Esas labores no se han detenido. Este mismo año estamos publicando la expansión de nuestra investigación en un journal de prestigio a nivel internacional, y en una versión especial dirigida a maestras y maestros mexicanos, en la revista DIDAC de la UIA.
5. Ayudar a México y ayudar a personas de otros países no son labores mutuamente excluyentes.
6. Adicionalmente, de manera intencional, un proyecto como Habesha busca promover la solidaridad, la cual no tiene fronteras ni etiquetas. La gente no elige donde nacer. El dirigir nuestros esfuerzos a seres humanos que lo requieren, independientemente de su “etiqueta nacional”, o “religiosa”, o “étnica”, nos hace crecer como personas. Lo hemos hecho en momentos de fenómenos naturales como terremotos o huracanes, y lo hemos recibido por parte de otros países, incluso más pobres que nosotros, en momentos similares cuando nosotros hemos estado en necesidad. Muchos ciudadanos de otros países se manifiestan por el esclarecimiento de los hechos con los 43 estudiantes de Ayotzinapa, o protestan en contra de violaciones a derechos humanos cometidas en México. Eso se llama conciencia humana y global, y el promoverla, no excluye, sino se suma a la conciencia de lo local.
7. Por último, las iniciativas que promovemos, todas, necesitan ayuda y recursos. Si alguien elige ayudar a ciudadanos mexicanos en necesidad, esto siempre será bien visto y valorado. Si alguien elige ayudar a gente en otras partes del planeta, también. Pero si alguien elige ayudar a gente de nuestro país, y además, ayudar a gente de otras partes del mundo, como lo hacen los estudiantes, académicos, individuos e instituciones que apoyan Habesha, no merece piedras, sino manos.