México, 18 de enero 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Un arma comúnmente usada en el neoliberalismo es el uso de fuerzas armadas, por parte de burgueses o sus lacayos políticos, para reprimir, infundir terror y asesinar aquellos que defienden su tierra y no permiten que las criminales corporaciones nacionales o transnacionales exploten su tierra y saqueen los recursos para al último dejar contaminación y destrucción ambiental.
De acuerdo con el portal Proceso, en Puebla, entidad actualmente regida por el asesino Rafael Moreno Valle, organizaciones sociales e indígenas de Sierra Norte acusaron que el desgobierno criminal ha instrumentado un Terrorismo de Estado al usar grupos paramilitares para desarticular e inhibir la participación de grupos sociales en defensa del territorio y los recursos naturales.
Asimismo señalan que el disparo de delitos como robo, secuestros, ejecuciones y portación de armas de uso exclusivo del Ejército en las poblaciones de la Sierra Norte pretende ser atribuida a la presencia del crimen organizado en esa zona, pero aseguran que forma una estrategia que promueve el «Estado», es decir, un pretexto fabricado para reprimir a la población.
En rueda de prensa, Verónica Rivas, del Centro del Desarrollo y Capacitación entre Mujeres del Cadem; Daniel Otero, del Centro de Estudios Ecuméricos, y Miguel Hernández, del Consejo Tiyat Tlali, aseguraron que esta estrategia de sembrar el miedo y pánico en la población se refleja en un disparo en los índices delictivos en zonas donde antes no ocurrían ese tipo de ilícitos.
«En la Sierra Norte el Terrorismo de Estado se implementa bajo el discurso de que hay delincuencia organizada. Mentira, en realidad son grupos paramilitares que tienen como objetivo desarticular e inhibir procesos organizativos que defienden su territorio y que luchan por el derecho a la autodeterminación de las comunidades indígenas, impidiendo la imposición de proyectos de extracción de recursos minerales, energéticos y naturales”.
También indican que en la Sierra Norte la estrategia de miedo, pánico y terror en contra de la población ha venido en aumento desde 2016, paralelamente al crecimiento y fortalecimiento del movimiento en defensa del territorio.
Las organizaciones consideran que estas estrategias están relacionadas con la táctica de pánico que instrumentó el desgobierno mexicano con los llamados «saqueadores» y la campaña de información falsa en internet con el fin de provocar un enfrentamiento fratricida entre la población a fin de desarticular las marchas por el gazolinazo.
Los líderes sociales recordaron que en esas comunidades serranas, con población mayoritariamente indígena, existen numerosos proyectos de extracción de minerales y aprovechamiento de recursos naturales, como hidroeléctricas y termoeléctricas, que son rechazados por los habitantes.
Con información de Proceso