INSOPORTABLE, LA HIPOCRESÍA DE PEÑA: Ahora se compromete a “lograr el rescate de la democracia en Venezuela”

México, 7 de abril 2017 (NOTIGODÍNEZ).- El asesino de Atenco y actual usurpador mexicano, Enrique Peña Nieto, no para de regodearse en su recalcitrante y criminal hipocresía, sin morderse la lengua cuando exige «democracia» en otros países mientras reprime y asesina a los mexicanos que se oponen a su régimen espurio y entreguista.

Peña Nieto usurpa la Presidencia de México. Rompió el marco constitucional para hacerse del cargo, sitió el Congreso de la Unión y reprimió brutalmente a la ciudadanía que lo repudió. Su «toma de protesta», el 1 de diciembre de 2012, fue prácticamente golpista. Dentro del congreso, un espectáculo grotesco de mafiosos heredándose el poder mal habido ante una falsa izquierda más sumisa y entregada que nunca. Afuera, la represión, la violencia, un muerto, decenas de heridos y cientos de detenciones arbitrarias.

Casi cinco años después, México es un paraíso de represión, anulación de derechos, corrupción, asesinatos, fraudes, miseria y muerte. La oligarquía voraz que impuso a Peña quiere ver a toda a América Latina exactamente igual. Por eso el hostigamiento ruin a países como Venezuela o Cuba, que no se han alineado a la agenda invasora. Y ahí está el sicario Peña Nieto en primera fila, sirviendo acomedido a los intereses de la mafia que lo impuso en México.

De acuerdo con la agencia Proceso, el asesino de Atenco se reunió ayer en Los Pinos con la esposa del opositor venezolano Leopoldo López, Lilian Tintori, a quien prometió «el rescate de la democracia» de ese país.

Si el asesino que ocupa ilegalmente Los Pinos tuviera un ápice microscópico de vergüenza, cerraría el putrefacto hocico y se dedicaría a sus asuntos, que en este caso consisten en seguir desmantelando a México. En lugar de ello, se regodea en su impunidad y encima violenta la soberanía de otros países a cuyos gobiernos acusa cínicamente de crímenes que él comete a diario en México. Acredita que es un delincuente de la peor calaña y, tristemente, la falta de dignididad del pueblo que lo mantiene.

«Ayer nos reunimos con @EPN en representación de los miles de venezolanos que están en las calles luchando en paz por la libertad», publicó Tintori en las redes sociales, presumiendo su encuentro con el asesino que usurpa la Presidencia de nuestro país.

«Enrique Peña Nieto se comprometió a lograr rescatar la democracia para todos los venezolanos”, añadió.

“Verdaderamente nos sentimos apoyadas, nos sentimos escuchadas y sentimos compromiso humano”, dijo por su parte la madre de Leopoldo López, Antonieta Mendoza, quien también se reunió, sin pudor alguno, con el usurpador mexicano.

¿Se sintieron «apoyadas y escuchadas»? Ahora pregunten cómo se sienten los familiares de los miles de desaparecidos en México que se han acercado al asesino de Atenco —craso error— para pedirle ayuda en la búsqueda de sus ausentes. Peña Nieto es un farsante de la más baja ralea; insoportable, repugnante y miserable hasta la médula. Pero en su cinismo pide a gritos ser ajusticiado por los mexicanos. ¿Cuándo escucharán éstos el mensaje?

Cabe recordar que Leopoldo López, «político» de ultraderecha en Venezuela, se encuentra preso por impulsar y encabezar un movimiento golpista contra el gobierno legalmente constituido de Nicolás Maduro.

Ha sido acusado de corrupción, de ser un infiltrado al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y de fraguar, en complicidad con ésta, un sinfín de acciones violentas para desestabilizar al gobierno venezolano.

Con información de Proceso

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