La ley va contra la extorsión, entre otras cosas, dice.
La Jornada
Ante la polémica que se ha generado al respecto de que buscaría castigos contra quienes critiquen en redes sociales a funcionarios públicos mediante la ley de delitos cibernéticos, el diputado Alejandro Lozano González, quien propuso dicha normativa, negó que esta contenga alguna sanción al respecto, aunque reconoció que se discutió el tema.
“Para nada, no, en absoluto. En un principio que la presenté salieron los típicos defensores de la a veces mal entendida libertad de expresión que difaman, pero cuando a ellos los difaman ya no les gustó. La ley sólo va contra la extorsión, la difusión de imágenes sexuales de cualquier persona y pederastas que abren cuentas falsas para enganchar a menores de edad”, indicó.
Lozano González puntualizó que el tema se discutió porque se llegó a plantear la necesidad de hacer alguna legislación al respecto de las personas que atacan a través de la redes sociales y que usan alguna información para extorsionar. “Cuando a una persona, y fue el caso de una persona que me criticó en algún momento, de esta legislación, extorsionaron a su hija, ahí fue cuando se alarmó y pedía a gritos que por qué no se había hecho una legislación al respecto del tema, por ello se realizó esta iniciativa”, argumentó.
Cuestionado sobre si puede ser debatible una posible ley que actúe contra las personas que usen las redes sociales para atacar, mencionó que no lo ve viable, pues es un tema polémico que se puede usar para golpeteo político.
“Ya será cuestión de cada persona, de esas personas que viven para difamar y viven para engañar, que en algún momento les pase y es cuando se ofenden y es cuando obviamente ya viven en carne propia”, arguyó.
Consideró que para que se pueda hacer una ley en este sentido se debe cambiar la cultura y delinear hasta dónde llegan los derechos y libertades, por ello dijo que ahora el tema no es analizable.
“Tenemos aún muy mal entendida lo que es derechos y libertades, pues tal pareciera que todo está permitido cuando son mis derechos y libertades, pero cuando me afectan a mí es cuando ya me enojo. Falta aún mucho para cambiar la cultura mal entendida de la libertad de expresión”, finalizó.