México, 24 de mayo 2019 (NOTIGODÍNEZ).- El “periodista” Joaquín López-Dóriga, desinformador a sueldo en la empresa Televisa y “medios” similares, obtuvo la mayor tajada del dinero público que el asesino de Atenco y exusurpador presidencial, Enrique Peña Nieto, repartió a manos llenas durante su espuriato por concepto de publicidad “gubernamental”.
Así lo reveló ayer Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, tras dar a conocer la lista de “periodistas” y empresas de “medios de comunicación” beneficiados con contratos millonarios relativos a publicidad y otros servicios del régimen usurpador. En la lista aparecen nombres como Federico Arreola, copropietario de SDPNoticias –en sociedad con Televisa–; Enrique Krauze Kleinbort, director de la revista Letras Libres, y hasta el influencer de redes sociales Jorge Roberto Avilés Vázquez, alias «Callo de hacha».
Extrañamente, en dicha lista no aparece el duopolio televisivo encabezado por Grupo Televisa, de Emilio Azcárraga Jean, y Televisión Azteca, de Ricardo Salinas Pliego, ambos integrantes del consejo de asesores empresariales del tabasqueño. Tampoco figuran los diarios de circulación nacional más conocidos, entre ellos El Universal, Excélsior, Milenio y Reforma.
Quien sí aparece y en primer lugar de la abultada relación presentada ayer por el tabasqueño, es el pseudoperiodista Joaquín López-Dóriga, identificado por la ciudadanía informada como uno de los desinformadores a sueldo más detestables desde hace varias décadas.
Según las cifras de la multicitada lista, López-Dóriga se embolsó 251 MILLONES 482 MIL PESOS, dinero de todos los mexicanos, durante el sangriento sexenio de Peña Nieto. La lista menciona a las empresas «Akron», «Ancla», «Plataforma Digital Joaquín López Dóriga S. de R.L. de C.V.», y «Premium Digital Group, S.A.P.I. de C.V.», como las entidades que recibieron los recursos para beneficio del “periodista”.
La revelación del dato no sorprende a nadie que conozca los antecedentes de López-Dóriga. En 2015, el semanario Proceso publicó un reportaje titulado «López Dóriga: cuando el micrófono tiene precio», del periodista Jenaro Villamil –hoy funcionario del gobierno de López Obrador–, que da cuenta de los múltiples negocios sucios que el sexagenario conductor ha perpetrado para engordarse los bolsillos.
En su momento, Villamil demostró que la extorsión es el principal modus vivendi del exconductor televisivo, y que las ganancias de sus delitos le han permitido adquirir un sinnúmero de costosos bienes, entre ellos una propiedad de al menos seis departamentos de lujo en el Club de Golf Bosques; siete en la colonia Polanco y un lujoso yate valuado en 40 MILLONES DE PESOS, que inicialmente se denunció había sido pagado con dinero público.
López-Dóriga también es propietario de una suite en Residencial Villa Alejandra, en el puerto de Acapulco. Asimismo, sus empresas Akron y Ancla reportan ingresos por más de 237 MILLONES DE PESOS en «contratos de dependencias federales» entre 2001 y 2015.
Opinión:
Qué bueno que el repugnante Joaquín López-Dóriga sea desnudado y exhibido de cuerpo entero en su corrupción e inmundicia. Pero recordemos que el sujeto sólo es títere de peores criminales y AMLO sabe muy bien sus nombres. ¿Por qué no los exhibió también ayer en su listita de vividores chayoteros? ¿Qué pasó con los miles de millones obtenidos por Televisa, TV Azteca, El Universal, Excélsior, Milenio y demás pasquines de circulación –y desinformación– nacional? Ni siquiera el periódico «fifí» Reforma, que ha golpeteado bastante a AMLO estos meses, aparece en la lista. ¿Por qué? Más importante aún: ¿por qué los seguidores de AMLO no están haciendo estas preguntas y exigiendo cuentas reales, no espejitos, sobre la corrupción de las grandes empresas en todos los sectores, no sólo en medios?
Con información de Animal y Proceso