Redacción Proceso
MÉXICO, D.F. (apro).- La desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa hace casi un mes revivió otro capítulo violento del país considerado como “terrorismo de Estado”: la masacre de Acteal, Chiapas, perpetrada en diciembre de 1992.
El presidente era entonces el priista Ernesto Zedillo Ponce de León, actual profesor de la Universidad de Yale, hasta cuya oficina llegó esta semana una treintena de estudiantes, pancartas en mano, para exigir su expulsión de la planta de catedráticos de la prestigiosa universidad.
“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” reclamaban los carteles refiriéndose a los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, y un ataúd con la leyenda “Acteal 1997, Zedillo Guilty” (Zedillo culpable) recordaba los 45 indígenas muertos, incluidos niños y mujeres embarazadas, asesinados cuando oraban en una pequeña iglesia de la localidad.
Durante su protesta, los estudiantes señalaron que la masacre de Acteal es parte de “una larga historia de terrorismo de Estado” que tiene el objetivo de marginar a las clases bajas.
La masacre de Acteal, subrayaron, fue parte de ese “terrorismo de Estado” que ahora se hace evidente en Iguala.
El profesor Joe Foran, residente de New Haven, dijo que los crímenes en Guerrero son otro ejemplo del “terrorismo de Estado” que se dio con Zedillo y que “sigue vigente”.
“Estamos aquí para responsabilizar a la Universidad de Yale de albergar a un criminal de guerra en nuestra comunidad”, dijo Foran.
Todos los que tomaron la palabra destacaron la importancia de que los universitarios que cursan licenciaturas participen en la lucha para expulsar a Zedillo de Yale.
De acuerdo con el Yale Daily News la protesta fue organizada por Unidad Latina en Acción, Amistad Trabajador Católico, estudiantes de Yale y mexicanos residentes de New Haven, quienes denunciaron a Yale por emplear a Zedillo.
El exmandatario priista actualmente es director del Centro para el Estudio de la Globalización de Yale y da clases de economía y política. Imparte dos cursos de licenciatura, un curso sobre comercio internacional y el seminario “debatiendo la globalización”.
El pasado 6 de octubre, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos puso fin a una demanda civil por 50 millones de dólares contra Zedillo, luego de negarse a escuchar una apelación presentada por los demandantes quienes lo acusaron de ser “parcialmente responsable” por la masacre de Acteal.
El máximo tribunal estadounidense no explicó las razones de su negativa para admitir el caso, pero no es la primera vez que la justicia estadunidense lo protege. En 2013 un juez federal en Connecticut y la Corte de Apelaciones del segundo Circuito en Nueva York desecharon la demanda argumentando que Zedillo tiene inmunidad como exjefe de Estado.
Ante el fallo, los organizadores de la protesta de esta semana exhortaron a los residentes de New Haven, a los estudiantes de Yale y al cuerpo de catedráticos a seguir manifestándose para juzgar a Zedillo, uno de 11 exjefes de Estado que forman parte de “The Elderes”, una organización defensora de los derechos humanos fundada por Nelson Mandela.