México, 2 de marzo 2016 (NOTIGODÍNEZ).- En su informe anual sobre la Situación de los Derechos Humanos en México durante el año 2015, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), concluyó que la «estrategia» de seguridad del régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, sólo ha agravado la violencia y las violaciones a los derechos humanos de la población en todo el país.
¿Y qué esperaban de un asesino usurpando el poder? La masacre y anulación de los derechos humanos en México, es perfectamente congruente con lo que se esperaba cuando el pueblo permitió a ese adefesio meterse a la fuerza en Los Pinos. «¡Misión cumplida!», presumirá el sujeto en su mala entraña.
De acuerdo con la agencia Proceso, la CIDH señaló que las acciones del actual régimen usurpador son simplemente una continuación –mucho más violenta– de la estrategia emprendida en 2006 por su antecesor, también espurio, Felipe Calderón Hinojosa, para «combatir al narcotráfico» usando a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad civil, lo que provocó «la muerte de más de 100 mil personas, miles de desapariciones y el desplazamiento de millares de personas por todo el país.
“México atraviesa una grave crisis de violencia y de seguridad desde hace varios años, [debido a la estrategia fallida de Felipa Calderón]. Ahora se mantiene por la emulación que de ella ha hecho Peña Nieto», se lee en el informe de 236 páginas, citado por Proceso.
Asimismo, enfatizó en la falta de rendición de cuentas conforme a los estándares internacionales en la materia, y acusó que el régimen de Peña Nieto no está cumpliendo con lo establecido en la propia Constitución Mexicana sobre el respeto a los derechos humanos, así como los protocolos internacionales para investigar y sancionar la tortura y desaparición forzada.
“Esta situación ha desatado mayor violencia así como violaciones graves a los derechos humanos en las que se observa una falta de rendición de cuentas conforme a las estándares internacionales.
“La CIDH constató una profunda brecha entre el andamiaje legislativo y judicial y la realidad cotidiana que viven millones de personas en el país en su acceso a la justicia, prevención del delito y otras iniciativas gubernamentales”, añade el informe.
En tal sentido, la CIDH calificó de SIMULACIÓN las acciones del régimen peñista en materia de procuración de justicia, frente a la impunidad rampante por la gran cantidad de ciudadanos que han visto violadas sus garantías individuales, víctimas de la violencia y otros crímenes perpetrados por las propias» autoridades».
“Son de especial preocupación las denuncias de desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y tortura, así como la situación de inseguridad de las mujeres, la niñez, las personas migrantes, defensoras de derechos humanos y periodistas, quienes son víctimas de asesinatos, desapariciones, secuestros, tortura, amenazas y hostigamientos”, abunda el informe al recriminar el nulo interés del régimen por investigar y castigar a los responsables.
“Muchos casos de desaparición no se denuncian debido a la desconfianza de los familiares [de las víctimas] en la capacidad de respuesta del Estado o su temor a sufrir represalias. Y en los casos donde sí hay denuncia, la respuesta de las autoridades presenta graves deficiencias”, concluye la CIDH al contextualizar el problema de la impunidad en México.
¿A alguien con dos neuronas funcionando en su cabeza le sorprende todo esto? No, porque era obvio desde 2012 que la consigna de Peña Nieto es anular los derechos humanos y garantías constitucionales de los mexicanos. Gran parte de la responsabilidad por esta crisis brutal y sangrienta en que está hundido nuestro país, es del pueblo por haber permitido a ese asesino usurpar el poder y por permitirle seguir ahí.
«LA DESOBEDIENCIA CIVIL ES UN HONROSO DEBER CUANDO SE APLICA CONTRA LOS LADRONES DE LA ESPERANZA Y DE LA FELICIDAD DEL PUEBLO»: AMLO.
Con información de Proceso
