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Trabajar más no necesariamente implica mayor productividad, pues las personas que laboran 11 horas al día tienen 2.5 veces más probabilidades de deprimirse y 60% de adquirir una enfermedad cardiaca.
Asi lo señala el portal trabajando.com, al citar datos de un estudio realizado por New American Dream, donde comprueba que trabajar más no significa ser más productivo.
La directora corporativa de comunicación y RP de trabajando.com, Margarita Chico, dice que las empresas están apostando por un nuevo modelo de crecimiento que deja atrás las extensas jornadas de trabajo, lo cual apunta tanto a aumentar la productividad como mejorar la calidad de vida de las personas.
Algunas empresas en temporadas con carga laboral baja dan algunos beneficios a sus empleados, como que el viernes salgan temprano, y con ello se busca que los niveles de estrés se reduzcan al compartir los empleados más tiempo en casa con la familia y amigos.
El experto en eficiencia, Andrew Jensen, asegura que iniciativas de este tipo previene el desgaste de empleados y aumentan la productividad, ya que las personas trabajarán más cuando estén de regreso: “regresan a la oficina después del fin de semana largo ya renovados y listos para trabajar”, subrayó.
Acciones de este tipo no deben perjudicar las labores diarias de la empresa, ya que los trabajadores deben de organizarse en las jornadas laborales más cortas y con ello se genera el compromiso de cumplir con las mismas responsabilidades sin alterar la productividad ni la calidad del trabajo.
Pero para que esto sea conveniente la empresa debe evaluar en qué etapa se encuentra, si está bien posicionada y si cuenta con buen índice de utilidad, en caso contrario se debe hacer conciencia entre los empleados de que por el momento no son convenientes esos beneficios.