México, 18 de noviembre 2015 (NOTIGODÍNEZ).- Los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos la noche del 26 y 27 de septiembre de 2014, habrían sido vistos con vida 11 días después del ataque en Iguala, Guerrero, en un rancho cercano al municipio. El régimen usurpador de Enrique Peña Nieto, a través de la «Procuraduría General de la República» (PGR), estaba al tanto de ello pero no lo incluyó en sus líneas de «investigación».
De acuerdo con el portal 24 Horas, el Centro de Denuncias de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de la Delincuencia Organizada (Seido), recibió una denuncia anónima el 8 de octubre de 2014 informando sobre la presencia de al menos 13 de los 43 normalistas en el Rancho Montoya, ubicado en la colonia Tijerillas de Iguala.
La denuncia fue realizada por una mujer quien señaló que «a los muchachos desaparecidos se los llevaron a colonia Tijerillas en el Rancho Montoya y están involucradas varias personas que viven en la colonia Genaro Vázquez que venden cocaína, uno que vive mero en la parada de combis”, según el reporte tomado por un agente federal.
Para obtener más información, el agente interrogó a la denunciante. Ella le reveló que la venta de cocaína en Iguala se realiza a través de puestos ambulantes y transporte público y que los acusados de llevarse a los estudiantes la noche del 26 de septiembre de 2014 eran conocidos narcotraficantes de la zona.
Sobre el motivo por el que los presuntos narcotraficantes habrían secuestrado a los normalistas, la mujer contestó: “no lo sé, pero fueron ellos los que estuvieron involucrados en eso, todo mundo los vio”.
Según el citado portal digital, ese testimonio está incluido en el expediente de la PGR sobre el caso, pero la versión pública tiene tachados los nombres de los delincuentes referidos en la denuncia, y a fin de cuentas, la dependencia, usurpada entonces por el priista Jesús Murillo Karam, privilegió la versión de que los normalistas fueron llevados a un basurero en Cocula y posteriormente ejecutados e incinerados ahí.
La testigo aseguró que los vecinos del lugar presenciaron el ataque a los normalistas y que posteriormente los vieron con vida en el rancho Montoya, pero que recibieron amenazas de muerte por parte de los policías.
“Los policías los detuvieron y también se los llevaron, les empezaron a disparar a los jóvenes, no llevaban armas, no pudimos hacer nada para detenerlos, teniamos miedo, tenemos hijos y nos amenazaron que si deciamos algo, nos matan”.
“Una persona acaba de llegar a mi lado y no se va, le está haciendo señas a otro, es mejor cortar, tengo miedo”. Así concluyó la llamada al centro telefónico de la Seido, cuando el agente le pidió a la mujer más detalles sobre el rancho y si los normalistas todavía estaban con vida.
Con información de 24 Horas. Imagen de archivo