Prestaciones, sueldos, seguro social y «experiencia no necesaria», ganchos para encandilar a jóvenes en la Gendarmería

Arcelia Maya
Reforma

Cd. de México (13 julio 2014).- Prestaciones, sueldos y la afiliación al seguro social son los ganchos que han llevado a jóvenes de todo el País a hacer los trámites para ingresar a la Gendarmería Nacional.

‘Es donde más aceptan gente sin experiencia’

Durante su vida laboral, Pedro Boizo, de 27 años, sólo ha tenido trabajos eventuales. Por eso, ve en la Gendarmería el salvavidas que siempre esperó.

«Tengo un trabajo informal que es de chofer, pero pues no. La verdad no es lo que uno busca. Uno busca la estabilidad laboral y económica», expuso en entrevista mientras hacía fila afuera de las oficinas de la Policía Federal para que le realizaran exámenes toxicológicos y de sangre.

El originario del Estado de México se alegra al mencionar que le ofrecieron prestaciones como aguinaldo y afiliación al seguro social.

Padre de familia de un niño de seis meses. Boizo aseguró que por la falta de estudios y de experiencia no ha logrado tener un empleo fijo.

«He metido mis papeles en infinidad de trabajos y no me aceptan. Te rechazan por la falta de experiencia o por varios motivos», aseguró el aspirante a gendarme, quien concluyó el bachillerato.

Para el mexiquense, el desempleo es lo que está orillando a mucha gente a buscar trabajos en el área de seguridad de diferentes corporaciones.

«Prácticamente es donde más aceptan sin experiencia. Mientras tengas la estatura, es lo que te vale», aseguró.

Pedro gana como chofer 5 mil pesos al mes. Teme a la inseguridad, pero dice que no tiene más opciones.

«Donde te toca, te va a tocar», dijo.

‘Lo económico no está a la vuelta de la esquina’

Los trabajos eventuales y mal pagados que hay en Tabasco desesperaron a Antonio, de 39 años, quien aspira a ser un elemento de la Gendarmería.

«No hay trabajo, no hay nada. Tiene uno que buscar la forma (…) Está muy crítica la situación allá en Tabasco», dijo el licenciado en mercadotecnia.

«Ahorita está bien crítico, no hay una bolsa de trabajo estable, buena», expresó el aspirante, quien pidió cambiar su nombre por miedo a no ingresar a la corporación.

El padre de tres hijos de 19,16 y 9 años pidió un préstamo para costear el viaje que realizó a las instalaciones de la Policía Federal, en el DF.

«Lo económico no está a la vuelta de la esquina. Fue un sacrificio el que hicimos. Espero en Dios que todo esto tenga una recompensa.

«Tenemos que arriesgarnos siempre. Tengo que viajar mucho, pero creo que tengo la vocación y las ganas», afirmó el tabasqueño, quien desde abril realiza los trámites para ingresar a la corporación.

‘Uno busca cualquier oferta de trabajo’

El desempleo y la obligación de mantener a su hijo de cinco meses orillaron a Raquel, de 35 años, a querer ingresar a la Gendarmería.

«Haz changuitos para que yo quede», pidió la madre soltera originaria de Morelos, quien ha invertido sus pocos ahorros en los trámites para formar parte de la nueva corporación.

La mujer, quien pidió cambiar su nombre por temor a no ser aceptada, no concluyó la licenciatura Ciencias de la Educación.

A la aspirante le da miedo la inseguridad, pero asegura que su necesidad es más grande que el miedo.

A inicios de julio, ella y otras 200 personas arribaron a las 5:30 horas a las instalaciones de la Policía Federal en Paseo de la Reforma, para hacer exámenes médicos, psicológicos y toxicológicos.

«Que me vaya de mojada a Estados Unidos a que me quede en mi País de policía pues mejor prefiero quedarme aquí cerca de mi hijo», dijo nueve horas después de ingresar al lugar y concluir las pruebas.

«Los sueldos miserables como están no sirven por eso uno busca cualquier otra opción. Aquí lo que ofrecen son 12 mil 784 (pesos) mensuales… hay una gran diferencia», comentó.

En su anterior trabajo como supervisora de alimentos en un restaurante, Raquel ganaba 7 mil pesos al mes sin seguro social ni prestaciones.

«Están llegando (a Morelos) las fábricas, la industria, pero los sueldos son bajísimos. Te ofrecen desde 700, 800 pesos a la semana», explicó.

‘Es riesgo, pero puedes mejorar tu vida’

Hace un año, Adrián se convirtió en papá y desde ese momento comenzó a ver que su salario de 120 pesos diarios, que ganaba pizcando limón en Tabasco, ya no le alcanzaba para mantener a su familia.

A raíz de eso, hace dos meses el joven de 20 años, originario del Municipio de Huimanguillo, decidió vender una motocicleta que tenía y el dinero lo invirtió en los trámites para ingresar a la Gendarmería.

Adrián, quien pidió omitir su nombre completo por temor a represalias, aseguró que sólo concluyó la secundaria, sabe manejar los programas básicos de una computadora y le gustan los deportes.

Entrevistado el lunes 7 de julio, mientras esperaba su turno para ingresar a las instalaciones de la Policía Federal (PF), dijo que la necesidad lo llevó a buscar trabajo en la Gendarmería.

«Yo vengo del campo y para seguir trabajando en lo mismo pues ya no.

«Aquí ya tiene uno un futuro. Pues es riesgo, pero pues aquí tan siquiera con lo que te dan de ayuda ya puedes empezar una vida mejor», agregó antes de someterse a los exámenes médico, psicológico y toxicológico.

«Me dijo mi mujer que no quiere que sea policía porque lo ve peligroso, pero yo tengo que trabajar», explicó.

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