México, 24 de octubre 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Este domingo 23 de octubre, fecha en que se conmemoró el Día del Médico, usuarios de redes sociales recordaron al doctor José Manuel Mireles Valverde, ex vocero de autodefensas de Michoacán preso desde el 27 de junio de 2014.
Hoy que es #DiaDelMedico no debemos olvidar al compañero Mireles, que permanece preso por este Narco-Gobierno. pic.twitter.com/2VczwDrNlz
— José R Arvidez (@NakamuraMx) October 23, 2016
Médico de profesión, Mireles Valverde se unió a los grupos de autodefensa conformados en Tierra Caliente para enfrentar a la delincuencia organizada que opera en la región. Hacia el año 2013, Mireles adquirió notoriedad por su valentía, franqueza y sencillez al hablar públicamente sobre el movimiento.
Aunque los grupos de autodefensa en todo el país no se oponen al régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, éste los ha criminalizado y perseguido sin tregua porque exhiben su complicidad con los cárteles del narcotráfico.
En Michoacán, el grupo criminal conocido como Los Caballeros Templarios ha azotado a la región de diversas formas: desde explotando y extorsionando a los campesinos, hasta secuestrando a las hijas de los habitantes para su red de trata de blancas, ante la indiferencia y complicidad de las «autoridades» locales y federales.
Tras la aparición de los grupos de autodefensa, el régimen usurpador emprendió una serie de estategias para extinguirlos, entre ellas la integración de una Fuerza Rural que eventualmente se incorporaría a las policías municipal y estatal. Ante el fracaso de su proyecto, utilizó a un «gobernante» paralelo denominado «Comisionado para la Paz y la Seguridad de Michoacán» y encarnado en Alfredo Castillo Cervantes, quien se dedicó a coordinar la persecución y asesinato de autodefensas.
Fue en ese periodo cuando policías federales masacraron a 16 personas desarmadas en Apatzingán, el 6 de enero de 2015. Las víctimas eran integrantes de grupos de autodefensa que se habían congregado en la plaza municipal.
Meses atrás, José Manuel Mireles había sido detenido arbitrariamente en La Ruana, Michoacán, mientras comía en un restaurante de la zona, acusado de portación ilegal de armas de uso exclusivo del Ejército y delitos contra la salud.
Concretamente, el régimen usurpador del asesino de Atenco lo acusó de portación de 8 armas largas y 6 cortas, 213 cartuchos útiles y 11 cargadores, así como de cuatro bolsas de marihuana, una de cocaína y 30 mil pesos en efectivo.
Luego de que su defensa alegara que tanto las armas como las drogas fueron sembradas en la camioneta del doctor al momento de su detención, el régimen desistió de su acusación por delitos contra la salud, manteniéndolo preso en un penal federal sólo por la supuesta portación ilegal de armas de fuego.
Pese a que se ha demostrado una y otra vez la violación al debido proceso contra Mireles, el régimen usurpador de Peña Nieto ha retrasado deliberadamente la liberación del exvocero de autodefensas.
Apenas el pasado 17 de octubre, la defensa de Mireles obtuvo un amparo por omisión del Segundo Tribunal Unitario del Decimo Primer Circuito en la revisión de pruebas. Pero al régimen usurpador, de suyo ilegal e ilegítimo, no tiene porqué interesarle el cumplimiento de la ley. Mireles sigue preso y seguirá por lo menos hasta que concluya el actual espuriato, si el pueblo no tiene la dignidad de reaccionar para derrocarlo antes de 2018.
Foto: Simpatizantes de Mireles exigen su liberación durante una marcha en la Ciudad de México, por Octavio Gómez / Proceso
