La ironía es que México fue el país que dio a conocer al mundo una planta maravillosa llamada MAÍZ.
Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- Tan grave es el déficit alimentario del país que hasta el 90 por ciento de los granos básicos que se consumen son importados, “el campo está desmantelado, sin instituciones, con mucha hambre y graves problemas de desnutrición”; el problema, aunque es añejo, se agravó con Vicente Fox, cuando se arruinó la producción nacional; hoy urgen soluciones sobre todo de financiamiento para reimpulsar el campo nacional.
La dirigente nacional de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), María Esther Terán Velásquez, dijo en Orizaba que la producción del campo atraviesa por problemas.
“La gente del campo siempre le ha costado incrementar la producción, pero además tampoco tiene resuelto el problema de los precios de sus productos. Si nosotros le apostamos solamente a incrementar la producción para combatir el hambre, la escasez de alimentos a nivel mundial existe y en México padecemos el mismo problema”.
La dependencia alimentaria de México, con el mercado internacional, es impresionante: “Nosotros, en algunos casos importamos hasta un 90 por ciento de los productos que consumimos, dependiendo del producto y en especial los granos básicos y el forraje, lo que total y absolutamente paradójico, por la tradición de cultivo mexicana”.
“Es necesario reconstruir el sector primario y darle el sentido de prioridad. Si lo desarrollamos puntualmente, lo mismo sucederá en los demás sectores. Tenemos un campo desmantelado, sin instituciones que las tuvimos en el pasado, sólo hay un antecedente histórico. En su momento nuestro país tenía como premisa ser autosuficiente en materia de alimentos para mantener la soberanía nacional, pero después se le apostó a modelos que provocaron el desastre que tenemos ahora en el campo”.
Todo esto, dijo, “nos llevó a la dependencia de los mercados internacionales, en México se abandonó la economía familiar que hace años los cultivos de traspatio evitaban el hambre en México, toda la familia del campo tenía que comer y sus excedentes lo traían a vender a las ciudades. Hoy no hay eso. Hoy hay hambre pero a la vez hay mucha desnutrición”.
Otro de los problemas, dijo, es la falta de instituciones que impulsen la producción del campo, “teníamos una gama importante, pero todo eso dejó de existir. Teníamos precios de garantía que regulaba el gobierno para asegurar al productos, pero hoy se perdió”.
–¿Cuándo se pierde el rumbo?
–Hay que decirlo, en la administración de Vicente Fox. Hace 12 años. Antes había acompañamiento institucional, pero cuando llegó el PAN a la presidencia, el problema se agravó. Teníamos que haber aplicado diferentes estrategias conforme el perfil de la población. Hoy tenemos una oferta institucional, con reglas de operación que están para dificultar y hacer el cómo no apoyar a los agricultores. Tampoco es correcto el subsidio, debe ser un acompañamiento a la inversión, para ayudar a equilibrar y generar empresas que genere productos y servicios. No tenemos por qué apostarle a lo regalado.