Fernando Inés Carmona
La Jornada
Orizaba, Ver.- La aprobación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para que finalmente se construya la hidroeléctrica El Naranjal en el municipio de Amatlán de Los Reyes reavivó las protestas sociales y el recrudecimiento de amenazas contra los activistas, entre ellos el sacerdote Julián Verónica Fernández. Por lo pronto, los activistas advierten de la presencia de desconocidos que son los encargados de ejecutar las amenazas.
El dirigente de la Timocepanotoke Noche Altepeme Macehualme (Unión de Todos los Pueblos Pobres, en náhuatl) o Tinam, en la zona centro del estado, Adolfo Tlaxcala, dijo que la lucha contra la construcción de la hidroeléctrica El Naranjal se intensificará, sobre todo tras la aprobación de la Semarnat.
Expuso que los habitantes de la zona de impacto “no hemos sido notificados de que la empresa ya tiene el permiso para construir y aunque lo tengan, no vamos a permitir que se afecten los ecosistemas y recursos naturales de la zona centro del estado.
–¿Se reinician las movilizaciones?
–No estamos de acuerdo, porque nos va afectar en las comunidades. Vamos a movilizarnos, aun no tenemos la fecha, pero claro que lo vamos hacer. Las organizaciones sociales que estamos en contra de la planta ya estamos en contacto para coordinarnos. La hidroeléctrica va a tener afectaciones importantes en al menos diez municipios, abusará de las aguas del río Blanco y del río Metlac, lo que incluso puede provocar la extinción de especies de aves, animales, reptiles además de los problemas que ocasionará a la población. Estamos en el trance de la coordinación. Nos vamos a poner de acuerdo con los integrantes del Colectivo Verde, Naturaleza para Siempre, para tomar decisiones. No tenemos fecha, pero ya estamos avanzando.
–¿Qué opina que ya a la empresa ya la autorización el Manifiesto de Impacto Ambiental?
–A nosotros, nadie no ha dicho nada. La Semarnat no nos ha informado los alcances de la afectación y aunque ya le solicitamos la información completa, la dependencia federal se niega a respondernos. Lo único que nos han dicho es que la hidroeléctrica no va provocar afectaciones, son engaños, nos dicen: ‘no va afectar a nadie, no se va abusar de las aguas’, nos dicen que habrá mejores condiciones de vida para los que habitamos a lo largo del río Blanco y de la barranca del Metlac. Claro que habrá mejoramientos, pero para ellos, para los empresarios.
Acusó que la empresa mantiene las acciones de intimidación y acoso en contra de los activistas sociales, “los testaferros de los empresarios siguen haciendo su trabajo. Van a las comunidades amenazar a los comuneros, al padre Julián Verónica y a los activistas sociales. La gente que apoya nuestras movilizaciones son objeto de acoso y amenazas”.
