México, 6 de febrero 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Una investigación conjunta de la revista Proceso y el equipo de la periodista Carmen Aristegui Flores, reveló hoy que la anulación del matrimonio religioso entre Angélica Rivera Hurtado alias «La Gaviota» –actual mujer del usurpador Enrique Peña Nieto– y José Alberto Castro Alva alias «El Güero», estuvo plagada de ilegalidades en términos del derecho canónico y encima se criminalizó injustamente a un sacerdote que ni siquiera ofició aquella boda.
A través de un video subido al canal en Youtube del portal Aristegui Noticias, se narra concisamente la sucesión de hechos desde la boda de Rivera y El Güero Castro en 2004, el ascenso meteórico de la «actriz» en la criminal empresa Televisa, su posterior relación con el entonces desgobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, y finalmente la anulación de su matrimonio religioso con El Güero –que personajes de la Iglesia calificaron como hecha «al vapor» y plagada de «irregularidades»–, para que Televisa pudiera montar sin contratiempos la segunda boda de La Gaviota, ahora con Peña, como parte de la sobreexposición mediática del asesino de Atenco rumbo a su imposición en 2012.
El 2 de diciembre de 2004, el sacerdote Ramón García López casaba en la iglesia de Fátima, ubicada en la colonia Roma del DF, a La Gaviota y al Güero Castro en presencia del presbítero José Luis Salinas Aranda. Posteriormente, el 11 de diciembre de 2004, los recién casados refrendaron sus «lazos» en Acapulco a través de una ceremonia de acción de gracias presidida ahora por Salinas Aranda, conocido entonces por sus vínculos con Televisa y «personajes» de la farándula.
Cinco años después, medios de comunicación informaban que La Gaviota se había acercado en marzo 2009 a la Arquidiócesis Primada de México, encabezada por el cardenal Norberto Rivera, para anular ese matrimonio en pos de casarse por la iglesia con Peña, aunque a la fecha se desconoce si en aquella ocasión se inició el trámite de anulación o si el mismo ya estaba en fase avanzada.
Lo cierto es que, según la investigación aquí referida, ese tipo de procedimientos pueden tomar años mientras son revisados por los tribunales eclesiásticos. No obstante, en el caso de La Gaviota, fue realizado con celeridad inusitada y hasta obteniendo un fallo de «invalidez», es decir, según la arquidiócesis, Rivera y el Güero Castro «nunca estuvieron casados por la iglesia» debido a un «defecto canónico».
Para justificar esa resolución, la arquidiócesis acusó injustamente al padre José Luis Salinas de no tener licencia para ejercer el sacerdocio, de haber simulado el matrimonio entre Rivera y Castro, y de haber ejecutado otros sacramentos para la empresa Televisa sin autorización del cardenal Norberto. Conviene recordar que NO fue Salinas Aranda quien casó a Rivera y Castro en la iglesia de Fátima, y sólo ofició una misa de acción de gracias en Acapulco.
Así, el 19 de mayo de 2009, la arquidiócesis emitió un decreto en el que declaraba inválida la unión religiosa entre La Gaviota y el Güero Castro Alva. En paralelo, sancionó al padre Salinas, quien se encontraba enfermo de cáncer, retirándole el permiso para ejercer el sacerdocio y desterrándolo de la Ciudad de México.
De inmediato, personajes de la Iglesia Católica mexicana repudiaron públicamente las arbitrariedades de la arquidiócesis, pero los medios no hicieron eco de las denuncias. Por su parte, el cura afectado inició un proceso ante los tribunales del Vaticano para apelar las acciones de Norberto Rivera en su contra.
En efecto, el 20 de noviembre de 2012, el Tribunal Apostólico de la Sagrada Rota Romana, órgano supremo de apelación del Vaticano, calificó el proceso contra Salinas Aranda como un craso simulacro de justicia, sentenciando que se habían violado todos los derechos del afectado, al acusarlo y sancionarlo sin permitirle defenderse ni seguir el debido proceso, por lo que ordenó que:
«La sentencia dictada por el Tribunal Interdiocesano de México en contra del señor sacerdote José Luis Salinas Aranda, sea declarada incorregiblemente nula, porque al ahora solicitante y apelante le fue negado todo derecho de autodefensa».
No obstante, Norberto Rivera desacató la orden del Vaticano para devolverle sus licencias al padre José Luis Salinas y reponer el proceso canónico. Hasta el momento, según detalló la investigación de Aristegui y Proceso, ninguno de los responsables de este atropello, empezando por Norberto Rivera, han sido llamados a cuentas por el brutal agravio al cura Salinas, quien falleció el 7 de ocutbre de 2015 tras ser ignorado por Jorge Mario Bergoglio alias «Francisco I», a quien envió una extensa misiva con los pormenores de la injusticia cometida en su contra.
En cambio, Bergoglio se reunirá próximamente, en medio de una gran pompa, con los perpetradores de este (otro) crimen: Enrique Peña Nieto, usurpador de la presidencia de la república, su mujer Angélica Rivera Hurtado alias «La Gaviota» y el cardenal Norberto Rivera Carrera, líder de la iglesia en México.
Cabe mencionar que el padre Ramón García López, quien originalmente ofició la misa en la iglesia de Fátima donde Angélica Rivera y José Alberto Castro se habían casado, nunca fue tocado ni mencionado por la arquidiócesis en todo el proceso para declarar invalido ese matrimonio. Consultado por los autores de la investigación, García López confirmó que el matrimonio realizado en esa iglesia SÍ ERA VÁLIDO y había sido consumado en todos los términos establecidos por la iglesia para realizar el acto sacramental.
En contraste, según la investigación aquí referida, no hay registro de que Peña y La Gaviota hayan pronunciado la liturgia del sacramento matrimonial durante su boda en la catedral de Toluca, oficiada el 27 de noviembre de 2010 por el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda.
Con información de Aristegui Noticias