Agencias
Gregorio Cruz Gómez se encadenó a su propia silla de ruedas para exigir una reunión con el procurador de Justicia, Luis Ángel Bravo Contreras, y tratar el caso de su hijo Francisco Cruz Zapot, quien fue acusado en 2009 del homicidio de su esposa.
El anciano estuvo acompañado de familiares y amigos del señalado, asegurando que la muerte de su esposa en realidad fue un suicidio pero la madre de la difunta y suegra del encarcelado utilizó sus influencias para fabricarle el delito.
El representante legal del acusado, Arturo Mario Martínez, narró que cuando Rubí Guadalupe Hernández Esquivel se suicidó en 2009, las autoridades ministeriales plantearon que se trataba de un suicidio, pero luego lo acusaron de homicidio y torturaron para que aceptara su culpabilidad. Fue aprehendido y sentenciado a 22 años.