México, 20 de diciembre 2018 (NOTIGODÍNEZ).- El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador informó que, tras realizar un inventario de objetos al interior de la Residencia Oficial de Los Pinos, ocupada ilegalmente por el asesino de Atenco Enrique Peña Nieto durante el sexenio pasado, detectó un importante faltante de la obra y acervo histórico que por décadas albergó dicho recinto, convertido por la nueva administración del tabasqueño en museo abierto a toda la ciudadanía.
De acuerdo con el diario El Universal, la oficina de Presidencia dio a conocer que sólo encontró un cuadro de Venustiano Carranza pintado por David Alfaro Siqueiros, pese a que en el catálogo de obras en Los Pinos listaba un acervo artístico fecundo que actualmente se encuentra «desaparecido».
Según el citado medio, la oficina ocupada hoy por López Obrador detectó que «alguien» se llevó cojínes, colchones y hasta enseres históricos como una colección de cucharas que data del porfiriato. Asimismo, las obras de arte pertenecientes a la colección artística de la Presidencia de la República no han sido localizadas.
Por ello, la Secretaría de la Función Pública (SFP) encabezada por la académica Irma Sandoval Ballesteros, se encuentra realizando una investigación oficial para determinar el destino de las obras faltantes en Los Pinos.
Hasta ahora, el régimen de López Obrador detectó que parte de la colección se regresó a la Secretaría de Hacienda y otras obras que eran prestadas se devolvieron a sus dueños. Sin embargo, buena parte de la colección está «desaparecida» e incluso, tras la salida del exusurpador Peña y su familia, varias salas de Los Pinos quedaron vacías, tal como lo ha constatado la ciudadanía que ha comenzado a visitar el recinto.
El pasado 1 de diciembre, la también llamada casa Miguel Alemán fue abierta al público a las 10 de la mañana. Las expectativas de la Secretaría de Cultura, responsable de convertir esa residencia en museo, fueron ampliamente rebasadas. La ciudadanía se volcó desde temprano para visitar el recinto que, hasta ese día, había hospedado al asesino Enrique Peña Nieto y otros usurpadores de la Presidencia.
Consultados por la prensa, los primeros ciudadanos que recorrieron el recién inaugurado museo repudiaron la opulencia del sitio a costillas de los mexicanos. El palacete cuenta con pisos de mármol, elegantes candiles, alberca, comedor para 28 personas, un sinfín de cuartos y hasta una pequeña sala de cine.
No obstante, también se percataron de que varias de las habitaciones estaban totalmente vacías, principalmente las que funcionaron como recámaras del exusurpador priista, su mujer Angélica Rivera Hurtado y la nutrida prole de ambos.
«Ni una cacerola dejaron», denunciaron indignados los visitantes, de acuerdo con el diario La Jornada.
Con información de El Universal y La Jornada