Ángeles Cruz Martínez
La Jornada
La afiliación de los trabajadores domésticos al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) seguirá siendo voluntaria. Sólo los patrones que lo deseen pueden realizar el trámite por servicio médico y prestaciones económicas, aunque no todas las que reciben el resto de empleados del sector privado del país. Para este sector, y “como con cualquier seguro de gastos médicos privado”, se aplican las exclusiones por enfermedades prexistentes.
Los empleados domésticos tampoco tienen, con este esquema, el pago económico de las incapacidades por enfermedad, riesgos de trabajo ni el servicio de guarderías.
Sin embargo, al estar incorporados al Seguro Social, las cuotas que pagan los empleadores les permite aspirar a una pensión por invalidez y vida, retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, explicó Tuffic Miguel Ortega, director de Incorporación y Recaudación del IMSS.
En entrevista, comentó que el régimen voluntario existe desde 1997, cuando se realizó la reforma a la Ley del Seguro Social, que principalmente dio origen al sistema de cuentas individuales para el retiro.
Desde entonces se aplica el criterio de excluir para este esquema las enfermedades prexistentes, como tumores malignos, padecimientos crónico-degenerativos como complicaciones tardías de la diabetes mellitus, afecciones crónicas del hígado, insuficiencia renal crónica, valvulopatías cardiacas, insuficiencia cardiaca, secuelas de cardiopatía isquémica (arritmia, ángor o infarto del miocardio) y enfermedad pulmonar obstructiva crónica con insuficiencia respiratoria, entre otras.
Los solicitantes deben responder un cuestionario al momento de la afiliación, pero tampoco son aceptados por el IMSS si presentan alguna enfermedad sistémica crónica del tejido conectivo, adicciones como alcoholismo y otras toxicomanías; trastornos mentales como sicosis y demencias; enfermedades congénitas y síndrome de inmunodeficiencia adquirida o VIH/sida.
Esto es así porque “no se vale asegurar el coche después de que choca”, dijo Miguel Ortega. Se busca evitar que las personas se den de alta en el régimen voluntario del IMSS una vez que están enfermas. Las cuotas están calculadas para que los afiliados aporten y los que no usan los servicios pagan la atención de los padecimientos de otros individuos, agregó.
En relación con los montos de las aportaciones que realizan los patrones, calculó que si el salario del trabajador fuera equivalente a un salario mínimo, la cuota anual asciende a 7 mil 665 pesos. La novedad ahora es que este pago se puede hacer por bimestres –ya no en forma anual– y los trámites se podrán realizar a través de Internet, dijo.