México, 25 de mayo 2020 (NOTIGODÍNEZ).- La Refinería Bicentenario no fue el único “proyecto” que el genocida Felipe Calderón, usurpador de la presidencia en el sexenio 2006-2012, presumió como una de las grandes obras de su espuriato y sólo representó derroche millonario en beneficio de constructoras tan corruptas como el propio Calderón. Otra estafa monstruosa muy similar y de la cual se sabe poco hasta ahora, fue el “súper penal” de Papantla, Veracruz, que hoy por hoy sigue costando miles de millones a los mexicanos.
Fue en 2009 cuando dicho penal fue anunciado como el proyecto carcelario cumbre del entonces “secretario de Seguridad Pública”, Genaro García Luna, amigo muy cercano del genocida Calderón y hoy preso en Estados Unidos acusado de vínculos con el Cártel de Sinaloa. Once años después, ese grotesco elefante blanco sigue sin operar y, eso sí, aumentando su costo año con año.
De acuerdo con información publicada el pasado fin de semana en la revista Proceso, García Luna recibió el aval de su jefe y amigo Felipe Calderón para llevar a cabo el “penal de súpermáxima seguridad” –así lo denominó el propio García Luna– con una inversión inicial de 2 MIL 68 MILLONES DE PESOS, cantidad que a la fecha registra un incremento de MÁS DE 400 POR CIENTO.
A once años de anunciado el “proyecto” por el propio García Luna, la cloaca ha acumulado tal cantidad de podredumbre que es inevitable sentir náuseas una vez que se destapa.
La obra, gestionada por el régimen de Calderón a través de un esquema de asociación público-privada (APP), se adjudicó de manera directa a la empresa Tadeco Infraestructura, propiedad de Federico Alberto Martínez Urmeneta. Pese a que el nuevo penal estaba proyectado a concluirse en 2012, las obras se alargaron sin explicación alguna. Hacia 2015, el proyecto seguía sin terminarse y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) contabilizó 15 contratos que absorbieron 3 MIL 935 MILLONES DE PESOS, cerca del doble del presupuesto superior planteado.
En 2016, ya en la segunda mitad del régimen usurpador del asesino de Atenco, Enrique Peña Nieto, la Secretaría de la Función Pública (SFP) se apresuró a inhabilitar a Tadeco y… ¡sorpresa!, hoy es investigada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos en un juicio contra el narcotraficante Juan Antonio Tony Hernández, hermano del presidente hondureño, Juan Orlando Hernández.
Una de las puñaladas que Peña asestó a los mexicanos antes de irse, fue la “reactivación” del proyecto para heredar esa cloaca de corrupción a Andrés Manuel López Obrador. El 12 de junio de 2018, el espuriato peñista entregó la obra a las empresas Comtelsat y Grupo Lauman, propiedad del empresario Jesús Arroyo Rodríguez, dueño también del periódico El Financiero. ¿El monto? 3 MIL 959 MILLONES DE PESOS, casi el doble del costo original de 2011. Comteslat también fue beneficiada por el saliente “gobernador” panista, Miguel Ángel Yunes Linares, con otro contrato millonario que la empresa incumplió.
En abril de 2019, el nuevo “gobierno” estatal de Cuitláhuac García denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) a Comtelsat por el delito de fraude. En efecto, el Órgano Fiscalizador de Veracruz (Orfis) confirmó que la empresa incurrió en fraude por más de 300 MILLONES DE PESOS al incumplir el contrato denominado «Adquisición, Suministro, Electrificación e Instalación y Puesta en Operación de Sistemas de Circuito Cerrado de Televisión CCTV». Yunes también fue denunciado por peculado.
Cabe mencionar que “en el consejo de administración de la empresa contratista figura Jaime Domingo López Buitrón, director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el último año del gobierno de Vicente Fox, y quien repitió en el cargo entre noviembre de 2011 y diciembre de 2012, al final de la administración de Calderón».
De hecho, la SFP había inhabilitado a Comtelsat por tres meses prohibiendo a dependencias federales, entidades federativas y empresas productivas del Estado a celebrar contratos con ella. Sin embargo, Yunes Linares incumplió la orden y le otorgó el mencionado contrato.
A todo esto, ¿por lo menos ya está operando ese “penal de súpermáxima seguridad” en Papantla? No. Al igual que la “Estela de Luz” y la barda de la “Refinería Bicentenario” –sin refinería alguna en los terrenos–, las ruinas del súperpenal de García Luna se alzan como otro más de los MONUMENTOS A LA CORRUPCIÓN DEL GENOCIDA FELIPE CALDERÓN Y SUS ESBIRROS.
Con información y foto (izquierda) de LSR