Ricardo Salinas Pliego, no esencial y MUY PERJUDICIAL para México

¿Desde dónde mandaste tu mensajito ese para “desapendejar” a los mexicanos, Ricardo? ¿Desde cuál de tus mansiones, penthouses, yates u otras lujosas propiedades? Porque algo es seguro: no lo hiciste desde alguna de las trincheras donde miles, millones de mexicanos luchan día con día para sacar adelante al país, a costa de sus propias vidas.

Una persona muy cercana a mí, por ejemplo, es doctora con posgrado en ciencias médicas. Antes de todo este asunto del coronavirus, trabajaba en el sistema Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Aunque daba consultas médicas, su trabajo era principalmente administrativo. Un buen día sus jefes le pidieron sumarse al equipo de un hospital del Estado de México, pues hacían falta doctores –y siguen haciendo falta, según me cuenta– para atender a los pacientes de covid-19.

Aunque no estaba obligada, decidió aceptar el traslado. Ahora está en la primera línea de defensa, junto a otros médicos y personal de enfermería, tratando de ayudar a los pacientes de covid-19 que llegan por montones a ese nosocomio. La situación es crítica para ella y sus compañeros debido a la falta de recursos, aunque claro, no es el único caso. Prácticamente todo el sistema de salud pública está en ruinas por la misma razón. Pero, ¿como es posible que no haya recursos en un país de tanta riqueza como el nuestro? Porque un grupete de empresarios criminales acapara la mayor parte de esa riqueza, mientras que el resto se lo embolsan los “políticos” ladrones a su servicio.

Me lo ha dicho con todas sus letras: la pandemia es real y no hay capacidad en la red hospitalaria nacional para atender a todos los pacientes. Por eso, Ricardito, es que se está pidiendo a la gente que permanezca en su casa y evite contagiarse, aunque la medida te parezca una pendejada.

Por más que a ti te urja que los mexicanos vuelvan a salir de sus casas a seguirte enriqueciendo, ya sea como tus esclavos o como tus clientes, el confinamiento forma parte de las medidas elementales a nivel mundial para hacer frente a una epidemia. Eso te lo puede decir cualquier doctor con dos dedos de frente. Ellos, ese personal médico que no te merece ningún respeto, sí son esenciales para México, junto a los millones de trabajadores de limpia, electricistas, transportistas, obreros, operarios, productores de alimentos… Sin ellos, estaríamos verdaderamente en graves problemas. Pero qué sabes tú, vividor mantenido, del trabajo que en este preciso momento llevan a cabo esos mexicanos esenciales para sacar al país de la crisis.

Me gustaría darte el beneficio de la duda y suponer que hiciste tu fortuna con trabajo y honestidad, pero ambos sabemos perfectamente que no es así. Tus muchos crímenes para integrarte al selecto club de los más ricos de México y el mundo, se han denunciado desde hace décadas. Te recuerdo, por ejemplo, la toma violenta que ordenaste del canal 40 –hoy parte de tus activos– en 2003; el despojo a campesinos de Chiapas en 2013, el millonario robo hormiga a tus clientes de Banco Azteca, o el reciente fallecimiento de dos de tus empleados –sí, TUS EMPLEADOS, aunque te sirvas del inmoral outsourcing para evadir todas tus responsabilidades como patrón– a causa de tu negativa a cerrar tus negocios no esenciales. Por si todo ello no fuera suficiente, te exhibes en las redes sociales con actitud cínica y burlona para dar fe de tu profundo desprecio a la vida humana.

¿Pagarás algún día los 14 MIL 289 MILLONES DE PESOS Y CONTANDO que, desde 2006, tus empresas adeudan al fisco mexicano? La respuesta es obvia: jamás devolverás a la nación ni siquiera esa mínima parte de lo mucho que obtuviste gracias a ella. Vas a morir litigando, escabulléndote en los recovecos de la ley –como la rata que siempre has sido– y aprovechando el “marco jurídico” diseñado a modo para entorpecer verdaderas acciones que, en otras circunstancias, te forzarían a cumplir tus obligaciones morales y legales.

Queda claro, pues, que lejos de ser esencial para México, eres todo lo contrario, Ricardo Salinas Pliego. Has sido muy pernicioso para nuestro país. Si algún día cae tu monstruoso imperio de abusos, corrupción y saqueo, bajo el implacable puño de la conciencia social, verás entonces como México sigue adelante más próspero, renovado y justo. Bien harán los mexicanos en tomar en serio la medida de dejar de enriquecerte, para avanzar hacia la anhelada meta de un México auténticamente mejor.

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Un comentario:

  1. Todo esta muy bien que continue cuidando sus negocios y empresas pero que pague puntualmente sus impuestos que se le han condonado sexenio tras sexenio y eso es lo que no se me hace justo pero eso si criticando y criticando a todo mundo y el no cumple con sus obligaciones fiscales eso no se hace justo

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