«Saving Mexico», ¿no? El PRI la dejó actuar por décadas y hasta la protegió –como a Elba Esther Gordillo– y ahorita le sirve para seguirse legitimando con el circo engañabobos.
Jaime Contreras Vega
E-Consulta
Además del hacinamiento y el maltrato, los niños y adolescentes que habitan la casa hogar La Gran Familia eran utilizados para robos, saqueos y extorsiones a empresarios que se negaban a aportar recursos al albergue dirigido por Rosa del Carmen Verduzco, también conocida como La Jefa.
De acuerdo con testimonios recogidos por Excélsior, la señora Verduzco, fundadora de la casa hogar que opera desde 1947, era intocable, protegida por políticos y autoridades locales, así como por un grupo de menores conocidos como Los hijos de Doña Rosa, usados para cumplir las amenazas de extorsiones.
Personal de la Procuraduría General de la República (PGR / PRI) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) realizaron el pasado martes un operativo en el que fueron rescatadas casi 600 personas, de las cuales 458 eran menores de edad y bebés de hasta dos meses.
Las «autoridades» federales dieron a conocer que existen denuncias contra la fundadora del lugar —ya detenida junto con ocho personas más— por privación ilegal de la libertad, y que los niños vivían en condiciones de hacinamiento, entre ratas, chinches y pulgas.
Insistieron en que Rosa del Carmen Verduzco era intocable, con el respaldo de los políticos y con la amenaza de sus chavitos, conocidos como Los hijos de Doña Rosa. Usaba a menores de edad para extorsionar.
Si un empresario hablaba mal de ella o no quería apoyarla con recursos —narran los entrevistados— al día siguiente aparecía el negocio saqueado, vandalizado o baleado.
Las anomalías en el albergue La Gran Familia han sido denunciadas desde hace seis años, según medios locales. Sin embargo, era inaccesible la información como el destino de los recursos públicos que manejaba Rosa Verduzco.
De acuerdo con las fuentes consultadas, la señora Rosa era respaldada por las «políticos». No había candidato a la gubernatura, a la presidencia municipal de Zamora o a diputaciones que no pasaran por el visto bueno de la señora.
Afirman que tenían que pasar con ella, comprometerse con recursos, donativos u otras aportaciones. Era casi un requisito que ella diera su aprobación a los candidatos que había, expone el testimonio. Incluso, de acuerdo con los señalamientos, en muchas ocasiones hizo campañas contra algún candidato que no quiso apoyarla.
De acuerdo con habitantes de Zamora, Mamá Rosa empezó con la casa hogar como una dama de buena voluntad que rescataba a niños de la calle. Verduzco era de una familia pudiente. Hizo simpatía al crecer su albergue. La mujer se manejaba como una señora muy franca hasta convertirse en pilar social. Después su orfanato se convirtió en una especie de castigo para corregir a los menores, y desde hace seis o siete años Verduzco empezó a ejercer su coto de poder.
