México, 27 de junio 2016 (NOTIGODÍNEZ).- Una dictadura usurpadora, escondida bajo una pseudodemocracia, no puede, para permanecer, desbordarse de la línea hipócrita en su monólogo.
De acuerdo con el portal Proceso, desde Canadá, Enrique Peña Nieto, después su cobarde huida del país como clásicamente lo hace después de un grave suceso (véase Peña se va de viaje con destino a la COBARDÍA), tras el Terrorismo de Estado en Nochixtlán, Oaxaca y tras manifestaciones masivas en numerosas partes del país, presumió el “diálogo” simulador de su régimen con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); esto, mencionando, sin en verdad dialogar acerca del punto fundamental del movimiento magisterial –y ya social-: la inconstitucional “reforma” laboral-magisterial, mal llamada, para manipular, “Reforma Educativa”.
En total desvergüenza, Enrique Peña Nieto “lamentó” los hechos ocurridos el pasado 19 de junio en Nochixtlán, y advirtió nuevamente que no está dispuesto a negociar.
El “gobierno” de México, dijo, “lamenta profundamente que en estos hechos de diferencia en lo que ha sido la reforma educativa, lamenta profundamente que se haya presentado un caso en donde lamentablemente se dio la pérdida de vidas humanas”. Omitiendo obviamente que el “caso” que se presentó lo generó su desgobierno, los ataques los hizo su desgobierno, la orden de disparar a la población la dio su desgobierno y que el más alto responsable es él.
Afirmó que ya se realiza “una amplia investigación” por parte de las “autoridades” y con la participación de la CNDH para deslindar “cualquier responsabilidad”. Y también que no es el primer evento en el que el “Estado ha tenido que acudir con la fuerza pública para mantener el orden y la tranquilidad social”.
Pese a los hechos que confirman completamente lo contrario, Peña Nieto afirmó también que su “gobierno” siempre ha mantenido una actitud a dialogar y distender los ánimos que provocan violencia, desorden y caos en algunas partes de la geografía nacional. Y consiguientemente dijo que no está dispuesto a dialogar: “Para el gobierno de la república, lo que está muy claro y lo que es su deber, es justamente aplicar lo que está en la legislación, el mandato que está en la ley y lo que no está el gobierno dispuesto a hacer, es a negociar la ley, ni esta ni cualquier otra ni la ley educativa, ninguna otra está sujeta a negociación”.
“…advertimos que si no nos preparamos para que la niñez y juventud mexicana tenga la mejor preparación, mejor formación, difícilmente tendrán un futuro alentador y promisorio y la oportunidad de incorporarse al ámbito laboral, un mercado que forma parte de esta globalización, que exige mayores capacidades y por eso tenemos que trabajar” dijo Enrique Peña Nieto, cuyo régimen usurpador disminuyó la capacidad de educación recortando 3,600 millones de pesos a Educación Básica del 2016, y cuya “reforma” pretende en parte, inconstitucionalmente, que la población sea responsable de pagar por la educación de sus hijos.
Asimismo, desde el podio canadiense refirió que el propósito de su visita es renovar la relación bilateral entre ambos países y encontrar nuevos mecanismos para seguir impulsando la prosperidad, la competitividad y el desarrollo de América del Norte.
¿Qué orden y tranquilidad social mantiene el régimen dictatorial al disparar contra la población, privarla de su libertad con falsas acusaciones, reprimirla bestialmente y cuyos gendarmes amenazan con desaparecer a sus detenidos “como a los 43”? ¿Qué legitimidad tiene un desgobierno usurpador que recurre a pagarle a servidores para orquestar actos falsos para manchar movimientos, entregar miles de millones de pesos del dinero de todos los mexicanos a medios masivos para que hablen bien, inundar redes sociales con falsa propaganda y falso poder social y crear mentiras históricas para ocultar sus crímenes de lesa humanidad? ¿A quién sirve al quitarle recursos, garantías y derechos a la población, como la educación gratuita a la población y el contrato colectivo al magisterio?
Peña Nieto nuevamente se sube a un podio extranjero para adquirir “legitimidad” y desde la cobardía presume un México que no existe.
Con información de Proceso