Abel Barajas
Reforma (Imagen de archivo)
Cd. de México (08 noviembre 2014).- De acuerdo con la confesión de miembros del grupo delictivo Guerreros Unidos, la PGR presume que los 43 normalistas desaparecidos el 26 de septiembre en Iguala fueron asesinados e incinerados.
Esto habría ocurrido en un basurero de Cocula, y sus cenizas, tiradas al río San Juan.
Dicha hipótesis se basa en los restos óseos localizados en el tiradero, hallazgo que deriva de los testimonios de Patricio Reyes Landa, «El Pato»; Jonathan Osorio Gómez, «El Jona», y Agustín García Reyes «El Sheriff».
«Informé a familiares los avances de la investigación. Sé del enorme dolor que produce la información que hemos obtenido», dijo ayer en conferencia el Procurador Jesús Murillo Karam.
«Los testimonios y confesiones que hemos recabado, aunadas al resto de las investigaciones realizadas, apuntan muy lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en la zona de Cocula.
«No tengo ninguna duda de que ahí hubo un homicidio masivo», añadió.
Según la confesión de los tres delincuentes, detenidos hace una semana en Tepetlapa, Guerrero, los normalistas habrían sido bañados con gasolina y diesel e incinerados después con leña y llantas de vehículos.
La pira ardió desde el 26 de septiembre hasta las 14:00 o 15:00 horas del día siguiente.
Por ello se estima que su estado no es óptimo para los análisis.
Los detenidos confesaron que los normalistas, antes de morir, fueron interrogados por los Guerreros Unidos y aseguraron haber ido a Iguala «por la esposa de José Luis Abarca», María de los Ángeles Pineda Villa.
Aquel 26 de septiembre por la noche, Pineda presidía su Informe de labores como titular del DIF Municipal.
Murillo anticipó que, por el estado que guardan los restos óseos, será muy difícil obtener el ADN de las víctimas.
Aun así, dijo, los huesos serán llevados a la Universidad de Innsbruck, en Austria, donde se encuentran los mejores laboratorios del mundo en estudios mitocondriales.
Asimismo, rechazó que lo ocurrido en Iguala sea un «crimen de Estado», al tiempo que anunció que el ex Edil José Luis Abarca será acusado penalmente del delito de desaparición forzada en virtud de que inicialmente no fue consignado por el caso de los normalistas.
«Hablo en el primer caso en cuanto a policías, Presidente Municipal, y seguramente así irá la consignación de desaparición forzada. Es un caso típico de desaparición forzada, y luego, si hay muertos, es un homicidio.
«Usar las palabras así nada más es un poco peligroso. Un crimen de Estado es una cosa mucho mayor. Iguala no es el Estado mexicano», recalcó Murillo.