México, 18 de enero 2017 (NOTIGODÍNEZ).- Primero el repugnante Javier Lozano Alarcón, expriista y hoy panista mantenido desde hace décadas por todos los mexicanos, declaró que bajarse el sueldo era «demagogia» y que, de hacerlo, «tendría que robar». Podría pensarse que semejante derroche de cinismo no puede ser superado, pero el teatro del absurdo llamado México tiene mamarrachos capaces de eso y mucho más.
Susana Corella Platt, «diputada» federal priista por Sonora, aseguró que no recibe vales de gasolina y que los apoyos que obtiene del presupuesto de la Cámara «no le alcanzan», por lo que «acaba poniendo de su bolsa».
En entrevista para la radiodifusora local FM 105, Corella Platt cuestionó las «medidas de austeridad» —BURLAS— que están planteando en San Lázaro para enfrentar la crisis por los altos incrementos a los combustibles, señalando que los «diputados» en realidad no cuentan con beneficios, que no reciben vales de gasolina y que tiene que costear «de su bolsa» sus traslados.
“Van a quitarnos algunos de los… pues no sé qué beneficios. A nosotros no nos dan vales de gasolina, nosotros pagamos nuestro traslado”, se quejó.
En seguida, aseguró que ella «utiliza mucho el transporte público». «Me voy por metro y también utilizo mucho el Uber, eso sí lo tengo que decir», presumió refiriéndose al costoso servicio ilegal de taxis que proporciona la trasnacional Uber, empresa criminal que, en efecto, brinda el servicio de transporte público sin respetar las leyes nacionales en la materia, empezando por cobrar (SAQUEAR) lo que le viene en gana.
La reportera entonces le recordó que los «legisladores» gozan de una partida especial para el pago de sus boletos de avión con cargo al bolsillo de todos los mexicanos, a lo que la priista reviró molesta asegurando que el costo de los boletos es muy alto y, por lo tanto, «no le alcanza».
“En mi caso salgo yo teniendo que poner de mi bolsa porque no nos alcanza. Si tú ves lo que cuesta un boleto de avión, tú te das cuenta, ida y vuelta, no nos alcanza”, cantinfleó la mujer.
«¿Necesitan más?», preguntó intrigada la reportera.
Acorralada, la estúpida priista titubeó por un segundo y luego explicó que es cuestión de «tratar de organizarnos, ¿verdá? En mi caso, yo tengo mucho apoyo, siempre lo he tenido, de mi esposo. Yo nunca he vivido de la política, he vivido siempre de mi esposo y me ayuda mucho. Entonces, en mi caso, no necesito más», balbuceó torpemente.
Ante ello, la reportera formuló la única pregunta lógica y pertinente: ¿devolverá entonces el dinero del erario que mensualmente se embolsa? Al cabo que ahí está su esposo manteniéndola y no lo necesita, ¿verdad?
“¿Qué? ¿Qué voy a regresar? ¿No te estoy diciendo que NO ME ALCANZA? O SEA, NO ME ALCANZA, ME PONEN DINERO”, ratificó visiblemente irritada.
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¿¿O SEA QUE LOS MEXICANOS LE ACABAMOS DEBIENDO?? Por sí solas, las declaraciones de esta ignorante y bruta «diputada» deberían ser motivo de una rebelión. Súmenle ahora el cinismo de Javier Lozano, las burlas e insultos reiterados de Peña Nieto y demás parásitos del erario… pero más importante aún: los atracos, despojos y masacres perpetrados a diario por órdenes de las criminales trasnacionales invasoras. ¿Qué ameritaría tanta barbarie? ¿Por qué no hemos reaccionado?
En diciembre pasado, los «diputados» se autorizaron un pago adicional de MÁS DE 500 MIL PESOS para cada uno entre aguinaldo y bonos navideños. Asimismo y tras aprobarle el presupuesto de egresos al asesino de Atenco y actual usurpador Enrique Peña Nieto, se aumentaron el sueldo a casi 2 MILLONES DE PESOS este año.
Un trabajador mexicano que perciba el salario mínimo —la mayoría no gana ni eso— recibe apenas 2 mil 400 pesos mensuales, esto es, 80.01 pesos diarios. Dicho salario se encuentra por debajo del umbral de la pobreza y es el segundo más bajo de América Latina, sólo detrás de Chile.
