«Ya sé que no aplauden»

Gerardo Fernández Noroña

El día de hoy, Enrique Peña Nieto presentó como una comunicación muy relevante la designación de un nuevo titular de la Secretaría de la Función Pública. Ésta recayó en Virgilio Andrade, un exconsejero del Instituto Federal Electoral que llegó a ese cargo como parte de las cuotas del Partido Revolucionario Institucional.

Ni siquiera vale la pena detenerse en el papel que Andrade tuvo ante el Consejo General, del IFE ya que fue siempre el de servir a los intereses del PRI en ese órgano electoral. Hoy, el desgobierno federal, frente al alud de críticas por sus actos de corrupción, designa a este gris y sonriente personaje para que lleve a cabo las investigaciones sobre las casas que la empresa HIGA ha dado al propio Peña Nieto y a Luis Videgaray entre los que se conocen.

[Desde 2012], Peña Nieto había manifestado su determinación de desaparecer la Secretaría de la Función Pública, proponiendo en su lugar a la Comisión Nacional Anticorrupción.

A partir de enero de 2013 y frente a una iniciativa de reforma del propio Peña, que el Congreso aprobó, se desaparecieron la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) y la propia Secretaría de la Función Pública (SFP). Esta última, quedando en funciones mientras se formaba la Comisión Nacional Anticorrupción.

Así que el propio Peña Nieto en su «reforma» a la Administración Pública propuso y logró la desaparición de la multicitada secretaría por su evidente inoperancia y ¡Ahora la presenta como su gran combate a la impunidad! No contento con esto, nombra a un titular de la Función Pública que es su empleado y ¡Lo instruye para que investigue nada menos que al propio Peña!

Al final de su discurso en la conferencia de prensa del día de hoy, antes de dar la palabra al nuevo funcionario, Enrique Peña soltó la frase: «Ya sé que no aplauden». ¿Acaso le asombra que no le hayan aplaudido semejante simulación? ¿En verdad cree Peña Nieto que engaña a alguien?

La frase de Peña Nieto es de un humor involuntario, negrísimo y feroz. Si no fuera tan trágico el nivel de corrupción e impunidad que hay en el país habría que haberse literalmente revolcado de la risa. En Twitter el «hashtag» con la «célebre» frase llegó a «Trending Topic». Por mi parte, siempre he sostenido que Enrique Peña Nieto no es tonto, que en todo caso es sumamente ignorante e inculto. Hoy debo reconocer que me había equivocado, es las tres cosas.

A Enrique Peña se le olvidó que no estaba frente a su claque. La desesperación del desgobierno es del tamaño de su incompetencia o su incompetencia es del tamaño de su desesperación. Sólo pervive en el cargo gracias a nuestra incapacidad para obligarlo a renunciar hasta este momento. Pero no tengo la menor duda de que generaremos las condiciones necesarias para obligarlo a dejar el cargo. Su presencia en la máxima responsabilidad política del país es un agravio a todos los mexicanos y una vergüenza con la que nadie debe cargar.

«El pueblo tiene derecho a vivir y ser feliz»

Gerardo Fernández Noroña.
México D.F. a 3 de febrero de 2015

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